Monday, April 13, 2009

Review: Costanera 700 y La Bodega de la Trattoria

El viernes de semana santa fuimos a almorzar con mi hermana Gloria y su enamorado Aníbal. Nos encontramos en el segundo óvalo de Pardo, originalmente la idea era ir a La Red o El Ancla, pero Aníbal propuso ir a Costanera 700. Pasamos por ahí y ya no estaba el letrero del restaurante. Como además no había carros afuera pensamos que tal vez se habían mudado, así que fuimos a la Red. Lamentablemente estaba cerrado, dimos media vuelta y nos dirigimos a El Ancla. En el camino vimos que La Mar, Mi Causa, Kaypí y 5 Esquinas estaban abiertos, pero la idea era probar algo nuevo. El Ancla también estaba cerrado, por un momento la decisión fue ir a 5 Esquinas (Gloria y Aníbal no lo conocen) pero Aníbal llamó a Costanera y le confirmaron que la dirección seguía siendo la misma. Emprendimos el camino de regreso y efectivamente estaban atendiendo.

Este restaurante es legendario por la cocina nikkei de su dueño Humberto Sato, a quien vimos unos minutos en la barra del lugar. Decidimos pedir varios platos para picar: tiradito Costanera de lenguado y pulpo (con shoyu y aceite de oliva), brocheta de cachete de mero con salsa teriyaki y la famomosísima chita a la sal acompañada de dos porciones de arroz blanco. Para beber Alvaro pidió un refresco de arroz que parecía un arroz con leche líquido, muy rico. Los demás pedimos gaseosas y/o cervezas.

Mientras esperábamos el pedido llegó la cortesía de la casa: pulpo a la chalaca en cucharas orientales. Mientras veíamos pasar varias parrillas y otros platos por la mesa auxiliar de los mozos se nos seguía abriendo el apetito (que ya se había visto acrecentado por la caminata para buscar restaurante). Finalmente llegó el tiradito, estaba buenísimo, el pulpo muy suave y la sazón perfecta. Gloria no quiso comer lenguado, parece que no le gusta el pescado crudo si la proteína no ha sido previamente desnaturalizada por medios cítricos (es decir, "cocinada" con limón). Al cabo de unos minutos y previo cambio de platos y cubiertos llegaron las 2 brochetas de cachete de mero, lo que me sorprendió es que la carta anunciaba salsa teriyaki en las brochetas pero en lugar de eso tenían aderezo anticuchero y venían acompañadas por chimichurri, salsa de rocoto y salsa de ciruela. Igual estuvieron ricas, aunque pequeñas, se acabaron rapidísimo. Finalmente llegó la chita a la sal con toda la parafernalia que la acompaña: viene encendida, después de apagarla el mozo retira la costra de sal con el cuchillo a manera de cincel, luego retira la piel y reparte el pescado en bowls para los comensales. Las salsas que la acompañan son de kión, de ajo y mantequilla derretida. Estuvo rica pero nos pareció poco y caro.

Aún con espacio para el postre, decidimos buscarlo en otro lugar un poco más económico.

La cuenta fue:

Tiradito lenguado S/. 44.00
Teriyaki cachete mero S/. 18.00
Porción arroz (x 2) S/. 10.00
Chita a la sal (x 1.3) S/. 89.70
Gaseosa (x 3) S/. 15.00
Cerveza (x 3) S/. 24.00
Refresco arroz S/. 10.00
Chicha morada (x 2) S/. 10.00
Total S/. 220.70

Salimos por la puerta del malecón y decidimos caminar a Larcomar. La caminata bajo el sol que todavía no se quiere ir pero que no calienta demasiado estuvo muy buena, se sintió como un día de picnic. Larcomar estaba repleto, así que aplicamos el plan B: la bodega de la Trattoria. No era una opción precisamente económica pero de vez en cuando es bueno darse un gusto. Gloria pidió creme brulee con fresas, Alvaro pye de pecanas con helado de canela, Aníbal y yo brownie de chocolate con queso crema y helado (yo de canela, Aníbal de vainilla). Aníbal también pidió un sorbete de mango. Todo estaba rico, me gustó en especial el pye de pecanas y el helado de canela. A la creme brulee le faltó cocción y a Gloria no le gustó el sabor del azúcar caramelizada.

Esta fue la cuenta:

Brownie chocolate (x 2) S/. 30.00
Pye pecana S/. 18.00
Sorbete de mango S/. 10.00
Creme brulee S/. 18.00
Inca Kola S/. 5.00
Jugo naranja S/. 8.00
Jugo tuna S/. 8.00
Total S/. 97.00

Ahora sí, con un profundo sentimiento de gula caminamos hacia Vivanda para comprar unas cuantas cosas y partimos a marmotear a nuestras casas.

Costanera 700
Dirección: Calle Manuel Tovar 179 (Av. Ejército 421), Miraflores
Teléfono: 4214635 - 4217508

La Bodega de la Trattoria
Dirección: Av. Armendariz 299, Miraflores
Teléfono: 4465672

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Thursday, April 09, 2009

Review: Panchita

El sábado fuimos a Panchita. Habíamos entrenado, comido algo ligero e inmaduro (Cerelac y jugo de frutas), ido al dentista e ido a Saga a cancelar mi tarjeta. Eran las 17:00 y hacía hambre. Todo estaba fríamente calculado, a esa hora había sólo unas cuantas mesas ocupadas.

Nos habían advertido de la generosidad del pan de cortesía (ni tan cortesía, porque se paga cubierto), así que pedimos precavidos. Mi señor esposo quiso hacer la gracia de pedir ají de gallina por enésima vez pero no pues, el chiste era pedir la especialidad de la casa. Ordenamos la morcilla Panchita (con puré de manzana), un anticucho de pez espada y un bowl de salad bar.

En la carta hay diversos tipos de entradas, piqueos parrilleros, anticuchos (de corazón, lomo, pollo, salmón, pulpo, etc.), carnes y platos criollos. Los precios son elevados pero el servicio, el sabor y el tamaño los valen.

El salad bar es surtidísimo, muy recomendable. Además de las verduras individuales hay ensaladas preparadas de las cuales sólo me serví un poco de la de quinua. Hay una infinidad de aliños y adiciones interesantes como fruta deshidratada.

Mientras comíamos la ensalada llegaron los panes: dos fugazzas de cebolla bastante grasosas y dos panes de papa (parecían panes de molde en miniatura). Ambos panes estaban ricos, sobre todo el de papa. Venían acompañados con una salsa de ají que no picaba en absoluto y una mantequilla con hierbas que no supe identificar.

No habíamos pedido bebidas, el agua de cortesía fue suficiente.

A los pocos minutos llegó el anticucho de pez espada, 4 grandes trozos intercalados con pimiento y cebolla, acompañados por choclo, papa dorada y dos salsas: una verde de ají y una de rocoto.

Finalmente llegó la morcilla con la que por fin pude comprobar la buena combinación que hace con el puré de manzana.

La comida estuvo buenísima y muy contundente. Aún así, Alvaro quiso postre. Después de un intenso debate entre los picarones y el suspiro, ganaron los primeros. Estuvieron igualmente muy ricos, crocantes y con la miel no tan empalagadora como suele ser.

Cubierto (x 2) S/. 13
Morcilla Panchita S/. 21
Anticucho de pez espada S/. 29
Salad bar S/. 20
Picarones S/. 14
Total S/. 97

Panchita
Dirección: Av. Dos de Mayo 298, Miraflores
Teléfono: 2425957

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Monday, April 06, 2009

Up the irons

No tenía idea de qué escribir acerca del concierto de Maiden en Lima. Tal vez si hubiera sido la primera vez que los veía me habría afanado en registrar horas exactas y el setlist sin errores. Pero ya pasé por eso hace 5 años en Santiago de Chile. Fue la primera vez que veía a una banda tan importante para mí (aquella que me llevó al metal cuando tenía 9 años) y fue impresionante, a pesar de que estaba sola, a pesar de que estaba más atrás de la mitad de la cancha y a pesar de que era la gira del Dance of Death y, por lo tanto, no hubo tantos temas viejos.

La segunda vez que los vi fue el año pasado y fue toda una odisea. Para empezar que no habría ido si es que la fecha del show hubiera estado más alejada de la de los conciertos de Dream Theater. Sin embargo ya estábamos ahí y la mancha completa iba a verlos, así que viajamos en subte hasta una estación en un lugar totalmente desconocido, caminamos unas buenas cuadras hasta el estadio, hicimos otras buenas cuadras de cola durante varias horas, entramos apretujados aún estando en la última fila de ese estadio minúsculo y no vimos nada. Claro que escuchamos los temas, todos antiguos y casi todos de nuestro agrado. A la salida vino lo "bueno": una caminata de más de 30 cuadras intentando parar algún taxi que nos llevara al centro de Buenos Aires.

Esta vez fue diferente, notablemente mejor en todo sentido. Compramos las entradas como a las 3 horas de haber salido a la venta (salieron a la venta a las 11:58 p.m., el servidor colapsó, el teléfono nunca estaba desocupado, pero finalmente logramos comprarlas). Por supuesto, las entradas fueron en la zona The Trooper, en la cancha, directamente frente al escenario.

Pasaron los meses y llegó el 26 de marzo, el día del concierto. Mucha gente afanosísima acampó desde la noche anterior en las afueras del Estadio Nacional. Yo había pedido la tarde libre, y fue más que suficiente. Fui con Alvaro a almorzar a Coco de Mer. Ahí nos encontramos con JP, Lucy y Karel. Estuvimos conversando tranquilos. A eso de las 3 nos fuimos al centro para cambiarnos e ir al baño y salimos rumbo al estadio. El tráfico estaba pesado en la Via Expresa, pensamos que era por el concierto pero se trataba de un choque cuádruple. Sin embargo en la salida que da al estadio sí se había atorado el tránsito, producto del cierre de las calles adyacentes al local. Bajamos como muchos otros casi en medio de la pista y caminamos hacia la puerta 25. Pasamos por la entrada de la zona 2 Minutes To Midnight, en donde había cola. En nuestra entrada la puerta estaba libre, antes de entrar saludamos a Juan Carlos (amigo de TSS). Adentro vimos a Julio, Guillermo con su novia y el hermano de ella y Carlos. Ellos habían estado haciendo cola desde las 9:00 y ahora estábamos a su lado, habiendo llegado a las 16:15. We knew it. JP también se encontró con un pata, viejo conocido de cuando yo tocaba en TDC. Después llegó Arturo sin cadena de oro ni billetera (para no repetir la experiencia de Buenos Aires). Estuvimos por ahí dando vueltas, viendo los polos (estaban feos y caros, a 50 soles), Alvaro comió una hamburguesa malísima que costó 6 soles. En general lo que se vendía de comer y beber estaba carísimo, pero se entiende, hay que aprovechar la ocasión.

Nos ubicamos hacia la esquina izquierda del escenario (viéndolo de frente), a unos 15 metros de distancia. Nos encontramos con Gus y después con Gabriel y su mancha. Nos cruzamos con Roberto pero a los demás no los vi. Tampoco vimos a Manuel, quien me estuvo llamando, pero ni me enteré porque dejé el celular en la casa.

Aproximadamente a las 19:00 arrancó el concierto con M.A.S.A.C.R.E. No había escuchado al vocalista "nuevo" (Omar Pizarro se fue hace bastante tiempo pero no los había visto desde entonces), me pareció todo bien, tocaron canciones de todas las épocas, varias de ellas junto al primer vocalista, el loco Cervantes. Tocaron aproximadamente media hora, tal vez un poco más. Terminada su participación salieron los roadies de Lauren Harris a alistar el escenario mientras nosotros nos preparábamos una vez más para el tormento de escucharla. Esta vez estábamos más cerca y nada apretujados, así que pude escuchar todo con detenimiento, desde la falta de tiempo de baterista hasta la desesperante voz de púber de Lauren. Pasaron cerca de 45 minutos hasta que por fin se despidió. Por supuesto, la gente fue muy respetuosa con la hijita de Steve.

En los minutos que siguieron se sentía la expectativa de todo el mundo. Se empezaron a hacer colas en los baños químicos para no tener ganas durante el show de Maiden. Los roadies se tomaron su tiempo afinando los instrumentos y preparando las escenografías tapadas por el telón negro que, como siempre, tampoco dejaba ver la batería de Nicko. Creo que fueron bastante puntuales (no tenía reloj ni celular) en soltar el trailer de la gira, la emoción iba subiendo y estalló cuando Winston Churchill dio inicio a Aces High.

No tengo el orden claro en la cabeza pero sí sé que disfruté muchísimo 2 Minutes to Midnight, Wrathchild, Powerslave, Run To The Hills, Hallowed Be Thy Name y The Rime Of The Ancient Mariner. También estuvieron presentes The Number Of The Beast, Iron Maiden, Sanctuary, The Phantom Of The Opera, Fear Of The Dark y The Evil That Men Do. La grata sorpresa llegó a pocos minutos de iniciado el concierto con Children Of The Damned, canción que casi nunca tocan en vivo y en la que Adrian Smith utilizó una Jackson de doble cuello roja.

De más está decir que el concierto estuvo espectacular, que Bruce Dickinson se ganó al público prometiendo volver en dos años para la gira de su próximo disco y derritiéndonos con cada "scream for me, Lima" que salía de su boca. Hubo entre 35 y 40 mil personas en el estadio, había zonas de tribuna que estaban vacías pero en general se sintió una muy buena vibra, un sincero agradecimiento de todos los metaleros de varias generaciones.

Luego de eso no importó salir sudados y bañados en chela ni caminar hasta Arequipa con Risso para conseguir taxi.

Al momento de salir no pude evitar hacer un rapidísimo cálculo mental:
Maiden - 3
Dream Theater - 2
Tool - 0

Sólo queda esperar que pronto, en tierras lejanas, pueda emparejar el score.

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