Friday, January 26, 2007

¿Cómo vamos?

Las semanas pasan y me preocupa un poco llegar a mi meta: 16% de grasa para el 2 de marzo. De hecho ésta fue mi mayor preocupación hasta que, entre la turbulencia del entrenamiento y la rigurosidad de la dieta, se asomó un nuevo obstáculo. "Obstáculo" digo, viéndolo desde el ojo que ve el vaso medio vacío. En realidad fue una de las mejores cosas que me han sucedido en los últimos años. Resulta que yo, como muchas otras personas inconformes con su trabajo, dedico unas buenas horas a la semana a pensar e investigar en dónde más puedo ganarme los frejoles. Revisando la página de Great Place to Work un día, envié 3 o 4 currículums a las empresas que allí aparecían. Una de ellas era Ernst & Young. Por supuesto que pensé "no sé pa qué michi ponen un mail de reclutamiento si seguramente nunca revisan los cv".

Anyway, tiempo después de que sucedió esto, hace un par de semanas recibí una llamada de Ernst & Young para una entrevista. Era un día viernes, día casual en TSS (casual es un decir, parece playero) así que esperé pasar piola con mi ropa "de lunes a jueves". Así fue y nadie se dio cuenta de que había ido a una entrevista a pesar de que llegué a las 10 am con ropa de entrevista.

Más tarde el mismo día me llamaron para ver si podía dar los exámenes de inglés y psicológico el lunes siguiente. Yo no podía porque tenía el retiro de Milarepa, así que propuse el martes, aprovechando el permiso que había pedido a cambio de mis vacaciones. Dicho sea de paso que el viernes estuve un poco enferma, empeoré al tomar un par de chelas heladas en la despedida de Kike (que partió a USA) y empeoré aún más en el retiro, seguramente por el viento y el piso frío. Es decir, fui a los exámenes con 1 metro cúbico de moco y flema en el organismo, pero todo estuvo bien. Inglés de 9:50 a 11:00, psicológico de 11:25 a 15:00. Esperé martes, miércoles, jueves y parte del viernes por la llamada. La siguiente entrevista fue el viernes mismo, esta vez con la jefa de selección. Todo bien, excepto por la ropa (era viernes y estaba enferma, así que...). De todos modos avisé con anterioridad y me disculpé in situ por la informalidad.

Pasó un fin de semana más y recibí la siguiente llamada el martes por la tarde. Eso significaba sólo una cosa: tenía entrevista con la gerente de RRHH para negociar el sueldo. En menos palabras: me habían aceptado. Fui el martes mismo y todo salió bien. El miércoles presenté mi carta de renuncia en TSS y sentí cómo un peso se me salía de encima. En serio. No sólo era aburrimiento o frustración. Era preocupación de estar encasillada en un negocio y en un entorno de sw que a gente de otras empresas no les parecía útil. Era miedo de no tener otra que quedarme en el mismo puesto con el mismo sueldo por x años más.

Así que ahora la pregunta es: podré llegar a la meta sabiendo que se vienen varias comidas no planificadas? Creo que eso es lo de menos ahora. Voy a volver al 16% pero ya no importa tanto qué día de qué mes.

Friday, January 12, 2007

Los recovecos del rendimiento

Cuando empecé a estudiar cocina seguí por un tiempo con mis actividades normales. TKD de lunes a sábado, un par de sesiones de pesas a la semana, tennis y ensayo con GRimA los domingos. La energía me duró poco, sobre todo cuando empecé a dormir menos porque salía tarde del instituto o cuando tenía que hacer trabajos y estudiar. Mi rendimiento en el TKD empezó a irse en picada y tenía prácticamente todo el cuerpo tenso todo el día, todos los días. Lo primero que dejé fue el tennis. Luego fueron las sesiones de pesas y algunas clases de TKD. Luego fue GRimA. Hacia finales del tercer ciclo del curso me fracturé el dedo, así que me terminé de ir al carajo. Engordé, perdí físico, perdí clases, perdí plata por no poder aprovechar mi membresía en el gimnasio, etc. Volví a la dieta de los carbohidratos (y de los malos, de panadería misia), no podía dormir (no estaba lo suficientemente cansada), lo único que hacía era trabajar en mi cuarto (alternando entre la cama y el escritorio), ver tele y comer.
El tiempo pasó y pude volver a entrenar, primero suave porque todavía dolía, después retomé el trote, el taebox y finalmente el TKD. La recuperación fue lenta, estaba muy por debajo de mi nivel y no veía mejoras significativas en mis técnicas o mi físico. Después vino la chamba dominguera en Alfresco de Acho y mi porcentaje de grasa se disparó a 28%, 5% más de lo que había tenido en mi vida de sedentarismo previa a abril del 2004. Terminó la feria de toros y bajé casi 4%, pero seguía siendo un porcentaje muy alto.
Pero en un momento algo cambió. Descubrí fightingarts.com, una página con información de artes marciales y leí casi todos los artículos sobre estiramiento y entrenamiento de fuerza. Me encontré con conceptos "revolucionarios" para el común de mortales, que poco a poco están siendo desmentidos en el mundo (en el Perú, como es costumbre, este proceso podría durar décadas). Resulta que el 80 o 90% de cosas que se escuchan de labios de asistentes al gimnasio y entrenadores son básicamente mitos que se fortalecieron en la década del 80. Así que los 80s nos trajeron, entre otras desgracias como el glam, conceptos erróneos que se han arraigado en las mentes inocentes de aficionados al deporte hasta la fecha.
Para suerte mía, me gusta leer. No sólo eso, sino que me gusta leer en Internet (ya que tengo una PC con conexión abierta por lo menos 8.5 horas al día) y siempre busco información en inglés porque sigue siendo la mejor información que se encuentra en la red. Así que me puse a buscar información acerca de cómo mejorar mi rendimiento en el TKD a través de entrenamiento de fuerza y descubrí un mundo nuevo, basado en la ciencia (cómo me gusta la marcianada...) y aplicado al entrenamiento.
Este nuevo vicio por leer e investigar mejores formas de entrenar y nutrirse trajo consigo varios efectos positivos:
  • Mi necesidad de pensar y leer sobre comida 24x7 ha disminuido notablemente.
  • La motivación por entrenar ha crecido exponencialmente.
  • Mis nuevos héroes son entrenadores que basan sus métodos en ciencia.

Estos cambios empezaron antes de la convocatoria para el Cofla 2007 I. Luego de inscribirme, empecé a aplicar los principios de los que hablan Alwyn Cosgrove y Craig Ballantyne todo el tiempo. En 1 semana bajé 1.5 kg de peso total y 1.4% de grasa, habiendo fallado en más del 10% permisible en mi dieta. Y no son sólo resultados numéricos. Además de eso, he notado:
  • Mejorías en mi desempeño en el TKD. A pesar de que estoy entrenando mucho menos que antes (3 veces x 45 min a la semana), noto más explosividad y fuerza en mis técnicas.
  • Mejorías musculares. Estoy cargando más peso (con menos repeticiones) y no siento las piernas tensas y pesadas como antes.
  • Relax generalizado: menos stress, menos sueño en la oficina.
Estoy pensando que gran parte del cambio se debe a mi dieta. Aproximadamente los último 3 años los pasé comiendo muy poca proteína y muchos carbohidratos. Pensé que podía compensar la falta de carne con soya, pescado y menestras pero la triste realidad es que no. Comprobadísimo. También pensé que se podía controlar la ingesta de macronutrientes al ojo. Falso. Sin hacer el cálculo uno se desvía de sus objetivos el 99% de las veces. Así que ahora uso www.fitday.com a diario.
Todavía estoy haciendo ajustes a la dieta porque he notado que en los días de turbulencia (pesas e intervalos), me está faltando carbohidratos antes y después. Me di cuenta porque tuve un bajón de presión los últimos 2 días y me recuperé con fruta.
La próxima semana planeo empezar la turbulencia total (es decir, tirar al tacho mi rutina del gimnasio y usar la de Craig Ballantyne). A ver quién se lleva los 1000 soles.

Thursday, January 04, 2007

Mudanza y matrimonio

Ayer Alvaro y yo nos mudamos al Centro Budista Camino del Diamante. Todavía falta llevar cosas y acomodarlas bien en su sitio pero ya estamos instalados. La fecha del matri ya está confirmada para el 17 de febrero así que ahora sí arrancan los preparativos.