Sunday, November 15, 2009

Comiendo sano... no!

El viernes nos mandamos un atracón, para variar. Gladys, Alvaro y yo teníamos la misión de consumir un sobre de lúcuma en polvo con fecha de vencimiento Noviembre 2009. Ya que yo había hecho cheesecake de lúcuma dos veces anteriores, esta vez escogimos milkshake de lúcuma. El acompañamiento obvio fue una tiptorella casera.


Después del atracón fuimos caminando hasta Broadway (casi 3 km de ida más 3 de vuelta), no con la intención de quemar las calorías (misión imposible), sino de no tener pesadillas en la noche.

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Un día en la vida de... (parte 1)

Ya tengo casi 6 meses en Sydney y casi 3 en esta chamba. Mi rutina ya está totalmente establecida, hasta tengo "planes B" específicos que se aplican sin problemas cuando algo falla (si me quedo jato, tengo que ir a la oficina más temprano o quedarme hasta más tarde, etc.). El viernes decidí andar con mi cámara durante la mañana para registrar parte de esa rutina.

Normalmente los lunes, miércoles y viernes me levanto a las 5:20. Voy al baño para liberarme de la carga nocturna, lavarme la cara, cepillarme los dientes, etc. A estas alturas del año, y contando con el horario de verano (una hora adelantada), el sol empieza a alumbrar tímidamente a la hora que salgo del baño (entre 10 y 15 minutos después de haber entrado).




Me visto y verifico que tenga todo lo que necesito ese día en mi bolso del gimnasio (una de las tantas bolsas reutilizables que circulan en Australia, en este caso de la tienda de libros Basement Books).



Tomo agua y como un plátano si tengo hambre. Todos los días extraño el sabor, la variedad y, sobre todo, el precio de los plátanos en Perú. Acá ahorita lo más barato que encontramos es $3.99 el kilo (en oferta). Si comí plátano me cepillo los dientes otra vez y estoy lista para ir al gimnasio (con una cara de sueño terrible).



Antes de salir de la casa veo todos los pares de zapatos desparramados en la entrada y me repito una vez más que tengo que comprar un rack "este" fin de semana. Por supuesto que "este" fin de semana todavía no llega, porque aún no puedo decidir qué tipo de rack comprar: el de Kmart que cuesta $20 pero es de metal y se oxidaría cuando ponemos los zapatos mojados, el de las tiendas chinas que cuesta $22 pero se ve medio endeble y no tiene mucho espacio o el de la mueblería de por la casa que cuesta $79 pero se ve resistente y con bastante espacio. Aún no he tomado la decisión, pero espero que este fin de semana sea "el" fin de semana.



Saliendo del edificio están nuestros tachos. Por algún motivo no nos han dado el nuevo tacho de basura con tapa roja y seguimos teniendo uno antiguo y maltrecho, pero al menos ya nos cambiaron el de reciclaje, con tapa amarilla. Generalmente aprovecho la hora en que salgo al gimnasio para dejar algunos reciclables ahí.



El cielo está casi totalmente claro, aunque este viernes en particular nada soleado. Camino por Iredale Street, la perpendicular a mi calle.



Media cuadra más allá y ya estoy en King Street, "la" avenida en Newtown. Ahí está el 99.9% de negocios del suburbio, desde cafés hasta sex shops, pasando por tiendas de ropa reciclada y negocios de masajes thai.



Todos los días paso por esta tienda de música y un poco que extraño tener todo el equipo que tenía en una época. Pero también un poco que extraño esa adicción que poco a poco se ha ido desvaneciendo.



Unos cientos de metros más allá está la estación de tren de Newtown. Es una de mis dos opciones para transportarme, la otra es la estación de St Peters, que queda para el otro lado de King Street y pertenece a la línea que me lleva a la casa de Gladys.



Una cuadra y media más allá y ya estoy en el Newtown Gym. Hora de entrenar!



Después del gimnasio regreso a la casa, como algo, me baño y salgo otra vez. Dependiendo de la hora voy a la estación de Newtown o St Peters. Esta vez fui a St Peters, que está un poco más cerca de la casa.



Bajo en la estación de Wynyard y camino unos cuantos metros a la oficina. En la planta baja del edificio hay un café, el olor en las mañanas es espectacular: café recién hecho y pan tostado. Subo al piso 15 y entro a mi oficina, una oficina para mí sola, por primera vez en mi vida laboral. Acomodo mis cosas y estoy lista para empezar un día más de chamba.



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Tuesday, November 10, 2009

Resucitando el blog

Este blog está totalmente desactualizado y desorganizado. Es un caos. Creo que el problema (para el blog) fue mudarme de país. Primero estuve dos meses y medio solucionando los problemas inmediatos de la migración: falta de casa y trabajo. Una vez que conseguí los dos, el dilema se produjo por algo tonto e importante a la vez: el idioma. Escribí un par de posts en inglés pero luego pensé que tal vez sería buena idea continuar en español, sobre todo para evitar que se me oxide la gramática y la ortografía.

Luego de tomar la decisión del idioma reescribí los posts que tenía avanzados. Eran sobre restaurantes. Ahí se produjo mi segundo dilema, que de hecho ya me había estado molestando desde hace tiempo: soy muy amateur para poder llamarme "food blogger". No le llego ni a los tobillos a la gente que está detrás de Orangette, 101 cookbooks, Chocolate & Zucchini, Mucho Gusto Perú, Cucharas Bravas, etc, etc. En Lima llegué a superar ese trauma y me mandé a comentar mis experiencias alimenticias, pero acá el tema se complica. Hay todo un ejército de food bloggers (según mis cálculos, más de 90% de procedencia asiática) armados con cámaras que se ven profesionales y un sueldo que les permite comer fuera varias veces a la semana, lo cual no es nada barato en Sydney. Yo me he armado de valor unas cuantas veces y he sacado mi cámara digital del año de la pera para tomar fotos de platos, pero generalmente me chupo.

Todo esto ha estado dando vueltas en mi cabeza por un buen tiempo (y estresándome de paso) pero creo que ya encontré la solución a este problema que no existe. Este blog nació como un repositorio de cosas que me pasan en torno a ciertos temas que me interesan y tiene la finalidad de servirme de "album de experiencias" para cuando la memoria empiece a fallar. Así que seguiré escribiendo en español, tal vez a veces en inglés y me compraré una cámara más decente. Asunto solucionado.