Friday, April 28, 2006

Scenes From Buenos Aires (scene 3)


Domingo 4 de Diciembre, 2005. Me levanté cansada, como siempre. Cansada, pero feliz, terminaba de asimilar el hecho de que el día anterior había visto a Dream y que hoy tocaba repetición. Mucho se especulaba acerca del album clásico que tocaría Dream en esta segunda fecha. La opción más comentada era el Dark Side Of The Moon the Pink Floyd. En realidad no importaba. Ya habíamos escuchado lo suficiente y lo del domingo sería sólo por gula. Eso creíamos.

Habíamos quedado en encontrarnos para ir al Sheraton a esperar a nuestros ídolos, cual quinceañeras. Ya habían ido antes sin suerte. El detalle era que habían ido a otro Sheraton (de eso nos enteramos el día anterior, conversando con unos chicos en la cola). Fui al hotel de Karinna y Mauricio y nos encaminamos al Sheraton de Retiro. En el camino nos cruzamos con el stage manager de DT. Al llegar vimos un grupo de fans argentinos y un grupo de fans de Ricky Martin, con obvias diferencias entre ambos. Estuvimos parados un buen rato, aproximadamente una hora, pero no había señales de los masters. En eso los argentinos rodearon a un suertudo que les mostraba en su cámara digital la foto que se había tomado con Jordan Rudess, poco antes, en el hotel. Karinna vio la foto, Rudess con gorra, lentes oscuros y un polo negro que tenía un chanchito rosado y decía Pink Floyd. El mismo Rudess que ella vio pasar caminando a pocos metros de nosotros cuando nos dirigíamos al hotel y al cual no había reconocido porque sólo le llamó atención su polo. Ni Mauricio ni yo lo habíamos visto así que estuvimos muy cerca de matar a Karinna por no habernos pasado la voz. Con la frustración encima, no nos quedó otra que seguir esperando. Teníamos planeado almorzar en Puerto Madero y empezamos a dudar si ir o quedarnos un poco más, por si había suerte. También pensamos en ir a buscar a Rudess pero no sabíamos exactamente por dónde podría estar. Y en un instante único, como para demostrar que existen las segundas oportunidades, vimos al gran Jordan Rudess cruzando la pista, de regreso de su caminata solitaria. Corrimos a alcanzarlo en la esquina, lo saludamos, nos tomamos fotos con él, le pedimos autógrafos (Karinna me regaló una hoja del cancionero que había impreso) y olvidamos preguntarle si los demás iban a bajar o cualquier otra cosa que se nos pudiera haber ocurrido, sólo Mauricio atinó a decirle que veníamos de Perú. Lo último que nos dijo fue "enjoy the show tonight" y entró al hotel. Así, en ese estado de no-creer-lo-que-acaba-de-pasar tomamos un taxi a Puerto Madero para almorzar.

Luego del almuerzo fuimos a comprar los regalos que nos faltaban, luego fui a mi hotel a dejar las bolsas y regresé a buscarlos para salir a Obras y llegar aproximadamente a la hora en que llegaría la gente de Ticketek para pedir nuestras entradas. Esta vez llevamos cámara así que nos tomamos unas fotos frente a los letreros del estadio. Una vez dentro, con menos gente que la noche anterior, pudimos ubicarnos frente al Petrucci spot con comodidad. La consigna era estar la mitad del concierto ahí, para las fotos y la otra mitad al lado izquierdo, frente a Myung y Rudess. Nos encontramos con la gente y tomamos unas fotos.

Empezó a llover, así que el personal técnico cubrió los equipos con plástico. A la hora indicada soltaron el track de La Naranja Mecánica que marcó el inicio de los dos shows y los DT subieron una vez más por la rampa de acceso.


The Glass Prison abrió este concierto (buena elección para empezar con algo contundente y técnico), esta vez, estando a pocos metros del escenario y sin la apretadera del día anterior, pudimos apreciar mejor todo, sobre todo a Petrucci quien se convirtió en el hombre más fotografiado de la noche.

Le siguieron un tema del Falling Into Infinity: Just Let Me Breathe (hubiera preferido Lines In The Sand) y The Mirror y Lie del Awake. No recuerdo exactamente cuándo pero Karinna me contó que Mauricio había presionado el botón de reset en su cámara, borrando todas las fotos de turismo en Buenos Aires, incluyendo las fotos con Rudess.

Luego continuaron con el Octavarium: The Answer Lies Within (la canción que menos me gusta del disco pero igual canté), These Walls (inicia con una desafinada de guitarra pero hay que reconocer que por más churro y capo que sea Petrucci, no se acerca a Tom Morello en estos menesteres, ya que al re-afinar no agarró la nota de la canción y estuvo desafinado al comienzo. Además, creo que debido a que el bajo no estaba definido por deficiencias de equipo, la canción no se escuchó para nada como debía. Finalmente, James, que casi nunca se equivoca en las letras, se equivocó varias veces en el coro. En resumen, mi canción favorita del Octavarium fue la peor de los dos conciertos, o mejor dicho, la única mal tocada).

Luego siguió Never Enough también del Octavarium y In the Name of God del Train Of Thought y los Dream se fueron al break.

Nosotros escuchábamos a Pipo & Elo mientras discutíamos qué disco clásico tocarían a continuación. Había muchos motivos para pensar que sería el Dark Side Of The Moon (el pedacito de Wish You Were Here en Peruvian Skies, el polo del chanchito de Rudess, aparte de que lo habían tocado en Europa). Pero también podía ser Yes o Queensryche o cualquier otra banda. Alguien dijo "que toquen el Scenes" y nos reimos. Cuando ya era tiempo del segundo round, soltaron una pista con retazos de canciones de todas las bandas imaginables de las que podían tocar covers. Luego de casi 3 minutos sonó el tic tac mágico del hipnoterapeuta y el "Close your eyes and begin to relax" nos dio la buena noticia: nos iban a regalar el Scenes From A Memory completito. Con una gran emoción y, en algunos casos, lágrimas en los ojos, todos participamos en la cuenta regresiva que forma parte de Regression y cantamos a coro "Safe in the light that surrounds me, free of the fear and the pain..." y las letras de todas las demás: Overture 1928, Strange Deja Vu (de nuevo, qué suerte la nuestra), Through my Words, Fatal Tragedy, Beyond This Life, Through Her Eyes (en el inicio Petrucci tocó un trocito de No Llores Por Mí Argentina para derretir al público), Home, The Dance of Eternity, One Last Time, The Spirit Carries On (también de nuevo, y esta vez grabé el solo en video), Finally Free y Overture 2000, durante la cual LaBrie agradeció y se despidió como si no fueran a volver. Pero siempre vuelven y esta vez no fue la excepción. El broche de oro fue un mix entre Pull Me Under y Metropolis I, confirmando que este concierto había sido demasiado, que el día anterior había sido sólo un calentamiento, que nadie en el mundo había tenido la suerte que nosotros (dos discos de Dream completos y temas de todos los demás), que la gente que había estado el día anterior y no había ido el domingo podían pegarse un tiro en el acto. Al final Mike recuperó su personalidad posera y jugó a tirarse las baquetas con el plomo mientras tocaba. Terminó el concierto, Mike se puso una bata de boxeador y los Dream se despidieron de nosotros prometiendo volver.


"As long as I could tell there's nothing more I need". Esos dos días habían sido demasiado. Definitivamente no me habría perdonado el haberme perdido ese super concierto de dos días. Pensé en todos mis amigos que hubieran querido estar ahí y no pudieron. Pensé en todos los argentinos que tuvieron la oportunidad de haber ido y la dejaron pasar. Nos reunimos todos y salimos de Obras, totalmente satisfechos. Karinna y Mauricio se tomaron fotos frente a los letreros del estadio, para recuperar alguito de las fotos borradas. Vimos los polos de los ambulantes, Karinna compró uno. Yo la verdad prefiero gastar más y comprar uno online. Teníamos un plan, ir al Sheraton a esperar a que los DT vuelvan de Obras e intentar fotografiarnos con ellos. Al llegar hicimos un pequeño grupo con unos argentinos y esperamos. Luego de un rato llegaron dos camionetas y corrimos hacia la puerta. Lamentablemente entraron rapidísimo mientras los de seguridad nos pedían que nos retiráramos. Me sentí como una quinceañera estúpida. Nuevamente decidimos ir a celebrar el fin de la velada, esta vez fuimos a un restaurante cerca del obelisco. Pastas, algo de vino y por supuesto DT. Luego nos despedimos, previas fotos del obelisco de noche, y partimos a nuestros hoteles.

Lunes 5 de Diciembre, 2005. Dormí poco, tenía que llegar al aeropuerto a las 5:15 am y tomar el vuelo que debía llegar a Lima a las 11, dejándome algo de tiempo para comprar mis insumos y estudiar para el examen final de Técnicas Culinarias. Ahí fue cuando el amigo Murphy (que en realidad no existe) entró a tallar. Por primera vez en mi vida Lan me falló. Me informaron que el vuelo se había retrasado y que no sabían a qué hora salía. Además, me aseguraron que a las 6 me darían un vale para el desayuno. Llegaron Mauricio y Karinna (que regresaban en el mismo vuelo que yo) y les conté lo que pasaba. No nos quedó otra que sentarnos a esperar. Empecé a leer para el examen pero la tensión me jugó una mala pasada en el estómago. Aún así tenía que estudiar. El tiempo pasaba y no había noticias del vuelo ni del desayuno. Finalmente nos dieron los vales y la hora de salida. Luego de comer algo y de esperar un poco más porque el vuelo no salió a la hora, estuvimos en camino a casa.

Llegamos, creo, a la una y pico de la tarde. Me recogieron mis padres y Alvaro, como siempre, fuimos a comprar mis insumos y fui a cambiarme para el examen. La falta de sueño y la tensión me hicieron fallar en el práctico, pero igual aprobé y la verdad no me interesaba nada más que no olvidarme nunca de ese fin de semana.

Tuesday, April 25, 2006

Scenes From Buenos Aires (scene 2)

Sábado 3 de Diciembre, 2005. Llegué al aeropuerto Ezeiza y conseguí un taxi que me llevó al hotel. Eran las 8 am y el alivio de ver que tenían mi reserva registrada duró sólo los segundos previos al anuncio de que tenía que esperar hasta las 11 para que se desocupe una habitación. Si hubiera podido dormir 8 horas me habría dado igual, pero estaba cansada. Dejé el equipaje en custodia y salí a reconocer el terreno. Lo bueno es que encontré tiendas abiertas, compré libros, alfajores artesanales, agua y una revista de Floricienta para Ale. Luego tomé desayuno (la "típica-típica" oferta de café con leche y 2 medialunas) y re-regresé al hotel (porque ya había vuelto antes para dejar algunas cosas) en el preciso momento en el que me llamó Daniel para confirmar la hora y lugar de encuentro. Me preguntó si había hablado con alguien más y le conté que aún no me había instalado. Subí al cuarto, me bañé y salí al hotel de Karinna y Mauricio.

Los esperé un rato en el lobby y partimos al obelisco. Me contaron que habían salido con Daniel y Oscar la noche anterior y que se habían encontrado con los ex Afonía (Alvaro, Christopher, Vali y Sergio). Llegamos al point, eran las 12 y algo pero no había nadie más. Después de un rato de esperar entre amagos de lluvia llegaron los otros 3 personajes en un orden que, la verdad, ya no recuerdo:
- Un boliviano que había viajado con su hermana y nos preguntó si podía unirse a nuestro grupo.
- Daniel y su ahora famosa bandera (una bandera del Perú con la leyenda "Victoria lives under Peruvian Skies" bordada primero por él y luego por un más talentoso sastre).
- Oscar con su polo de Scenes From A Memory y un cd mal grabado que había comprado el día anterior y quería cambiar.
Como era temprano (el concierto iba a empezar a las 8 pm) decidimos separarnos y volvernos a juntar a las 2 pm. Karinna, Mauricio y yo fuimos a almorzar y a comprar una casaca para Mauricio porque el cielo amenazaba con una buena lluvia. Volvimos al obelisco y nos encontramos con Daniel y Oscar quienes habían ido a cambiar el mencionado cd y dejarlo en el hotel de Oscar. El boliviano no llegaba y tras recordar hechos históricos relacionados con su país decidimos no esperar más y tomar un taxi que nos lleve al estadio Obras Sanitarias.

Llegamos aproximadamente a las 3, ya había cola pero poca. Lo que no había era rastros de la gente de Ticketek. Mauricio empezó a desesperarse por las entradas y tuvo la intención de comprar reventas pero Karinna se opuso. Mientras esperábamos Daniel y Oscar fueron al McDonald's del frente a almorzar. Luego se desató una lluvia de aquellas que en Lima nunca veremos. Vimos al boliviano, quien nos enseñó que su ticket estaba en blanco (no tenía el diseño de los demás) y Mauricio se desesperó más porque pensó que los nuestros podían ser iguales y todo el mundo sabe que parte de la experiencia de ir a un concierto es guardar el ticket de recuerdo.

Los chicos que estaban delante de nosotros en la cola fueron al grifo del frente a pedir bolsas para cubrirse. Oscar fue a su hotel para buscar un sweatshirt para abrigarse un poco y compró un paraguas. Mojados, angustiados y cansados (sobre todo yo, que casi no había dormido) escuchamos partes del Scenes From A Memory en la prueba de sonido. A Mauricio le dijeron que los de Ticketek llegarían poco antes de que comience el concierto. Nos pareció, por supuesto, una semejante estupidez hacerle eso a gente que tuvo la previsión de comprar entradas anticipadas. La lluvia seguía, algunas personas cruzaron la pista para arroparse bajo el techo del grifo y/o comer algo en la tienda del mismo. Nosotros seguimos sus pasos y entramos al McDonald's a pedir bolsas de basura para cubrirnos. Esperamos sentados en la vereda del grifo mientras pasaban los minutos. Cuando ya faltaba poco para que empiece el concierto cruzamos nuevamente la pista y fuimos directo a la boletería de tickets prevendidos, que seguía cerrada. La lluvia paró al poco rato. Eramos pocos los que estábamos en la misma situación de ver cómo la gente empezó a ingresar al estadio mientras esperábamos que los imbéciles que tenían nuestras entradas se dieran la molestia de llegar. Cuando llegaron pedimos nuestros tickets y entramos

El hecho de ingresar cuando todo el mundo ya estaba adentro no nos impidió poder acomodarnos adelante y a la derecha del escenario (el lugar de Petrucci). Poco después llegaron los Afonía. Nos lamentamos de que ninguno de nosotros había llevado cámara fotográfica, porque estaba permitido su ingreso. Habríamos podido retratarnos con nuestras bolsas bajo la lluvia. Pero no importaba mucho porque teníamos una oportunidad más al día siguiente. Nos dispersamos: los Afonía se fueron por atrás, Daniel y Oscar se perdieron hacia el centro del escenario, Mauricio , Karinna y yo nos quedamos casi frente al Petrucci spot. Ubicamos un lugar donde encontrarnos si nos separábamos. La hora de inicio se acercaba al igual que la gente al escenario. El que piense que los que van a conciertos en Argentina son iguales a los peruanos, está muy equivocado. En primer lugar, por raza, son más altos. También son más fuertes, pero sobre todo más bestias y resistentes. Una masa compacta de ches avanzaba atropellando todo lo que había en su camino a pesar de que según nosotros no había espacio para pasar. Tuvimos que salir más a la derecha. Luego llegó el momento, uno a uno los DT salieron del camerino y subieron al escenario por una rampa que estaba justo frente a nuestros ojos. La gente enloqueció, todos saltaban mientras empezaba The Root of All Evil, que la verdad no pudimos apreciar bien porque salimos despavoridos hacia atrás hasta encontrar un lugar donde pudiéramos ver algo sin ser masacrados. Lo encontramos hacia el centro del escenario, varios metros adelante de la consola.

Al principio teníamos que saltar. Era inevitable porque el movimiento compacto del mar de gente nos jalaba hacia arriba y hacia abajo. Después ya fue cosa de cada uno, cosa de la emoción del momento que anestesió temporalmente el dolor (en mi caso de riñones y de cabeza por haber estado despierta y parada tantas horas). Ya con un poco más de calma pude dejar de lado el shock de ver a Mike, los 2 Johns, James y Jordan tocando a tan pocos metros de distancia y analizar un poco el recital con oído crítico. El sonido no era el mejor (mejores habían estado los de Maiden en Chile y Sepultura en Perú - increíble, lo sé), supongo que por motivos de presupuesto. Llamaba la atención que no había ninguna banderola en el escenario ni pantallas "gigantes" que suelen ser medianas. Pero los maestros se lucieron, sobre todo Jordan, quien le quitó el estrellato a Mike, y James, que cantó mejor que nunca (en parte gracias a que fue el primer concierto de la gira y en parte a sus agüitas mágicas). Siguieron con otra del Octavarium: Panic Attack (una de mis favoritas de ese disco). Luego volvieron a los inicios de DT con el clásico A Fortune In Lies con lo que empezó el paseo por cada disco cronológicamente: Under a Glass Moon, Caught in a Web (hubiera preferido otra del Awake pero bueno...), Peruvian Skies (excelente porque la combinaron con el arpegio de Wish You Were Here de Pink Floyd que, estoy segura, arrancó más de una lágrima, y la terminaron como ya lo han hecho antes con el riff de Wherever I May Roam de Metallica), Strange Deja Vu (increíble), Solitary Shell, About to Crash (Reprise) y Losing Time/Grand Finale. En ese momento la banda tomó un descanso en el que sonaron los covers acústicos de Pipo & Elo que nos estuvieron acompañando en los dos conciertos (buena jugada de los organizadores).

Terminado el intermedio aparecieron de nuevo en el escenario. James y Mike se habían cambiado de ropa. Siguieron avanzando en el tiempo con As I Am, Endless Sacrifice (mi favorita del Train Of Thought) y más del Octavarium: I Walk Beside You, Sacrificed Sons, Octavarium (simplemente alucinante, el intro magistral de Rudess con su nuevo juguete y James apoyándolo en las planchas de teclado y el tema, hay que reconocerlo, es un temaza, un verdadero tributo a las influencias progresivas clásicas), el inicio de Through Her Eyes seguido por The Spirit Carries On (el mejor solo del concierto, indiscutiblemente). Para no perder la costumbre, los Dream se despidieron y tras una breve espera regresaron (siempre regresan) y nos regalaron Learning To Live. Estábamos exhaustos, con lodo en los zapatos y pantalones pero con una felicidad que no cabía dentro nuestro. Nos encontramos con el resto de los dreamfriends y salimos para encontrarnos con los Afonía e ir a algún lado a comentar el concierto. Se nos acercaron un par de peruanos (nos reconocieron por la bandera, que Daniel había estado agitando desde dentro del mar de gente). Fuimos a un sitio en Recoleta a tomar unas Stella Artois (qué buena chela) y unos juguitos para los que se habían zampado una jarra de vino en el almuerzo. Hablamos del único tema que interesaba en ese momento: Dream. Luego de un rato partimos a nuestros hoteles para un sueño reparador.

Friday, April 21, 2006

Scenes From Buenos Aires (scene 1)

Viernes 2 de Diciembre de 2005, 6:30 pm. Mientras salía del trabajo y me dirigía al instituto, sólo pensaba en salir temprano, ir a mi casa, cambiarme, recoger la maleta ya lista y partir al aeropuerto. Hubiera sido más tranquilo no ir a la escuela, pero era la última clase antes de exámenes finales, así que ni hablar. Si bien ir al aeropuerto ya se había convertido en algo familiar para mí en los últimos años debido a mi trabajo, este viaje era diferente. En primer lugar, no viajaba por trabajo así que evité los bultos extras (ropa de oficina, laptop, papeles) y el stress inherente a cada aventura (o más precisamente, desventura) laboral. Pero la belleza del asunto radicaba en el objetivo, hacer realidad uno de los sueños que veía más lejanos, algo que todavía no podía creer, aún teniendo el pasaje en la mano y confirmaciones de todo el mundo... ver a Dream Theater.


Sábado 13 de Agosto, 2005. Se encendió la lucecita de la esperanza en el website de Dream (aunque yo me enteré unos días después). El título "Dream Theater Confirmed South American Dates" aceleró los corazones de fanáticos como yo que pensábamos que la única forma de verlos algún día sería en el hemisferio norte.


Dos fechas en Buenos Aires, una en Santiago. Esas dos eran mis posibidades, por ser las más baratas y conocidas. Pensando en el caso Maiden (fui al recital en Santiago de la gira Dance of Death en el 2004, mis amigos en Buenos Aires fueron víctimas de aplastamientos y sofocamientos mientras yo la pasé de lo más tranquila) y tomando en cuenta que conozco más Santiago que Buenos Aires (2 meses vs. 4 días) y que tengo amigos allá, mi primera idea fue obvia. Pero Karinna me escribió y me propuso ir a Argentina. Acepté en el acto. Creo que en un inicio, aún en estado de shock, no le había prestado atención al hecho de que Buenos Aires tenía dos fechas (dos conciertos distintos de dos sets cada uno, el segundo set del segundo día consistente en covers de un album clásico completo, según lo anunciado por DT). Le pasé la voz a Julio, se animó y luego se desanimó (como era de esperarse prefirió ver a Steve Morse tocando con Deep Purple en esa misma ciudad).


Miércoles 28 de Setiembre, 2005. Mauricio compró las entradas virtuales (llamando por teléfono a Ticketek Argentina) para el concierto del sábado 3 de Diciembre.


Lunes 3 de Octubre, 2005. Mauricio compró las entradas para el concierto del domingo 4 de Diciembre con mi tarjeta.


Jueves 6 de Octubre, 2005. Canjeé las millas que tenía acumuladas en Lan (gracias a los benditos viajes de trabajo) por un pasaje Lima - Buenos Aires - Lima.


Viernes 7 de Octubre, 2005. Reservé una habitación en el Sarmiento Palace, el hotel que elegí luego de una breve surfeada en Internet.


Una mezcla de emoción e incredulidad anticipaba el viajecito, mezclada con la tensión del trabajo diario y el nerviosismo de que algo salga mal (con las entradas, con los pasajes, con las vacaciones que tenía que pedir para dar mis exámenes y pasar un cachito de día en Buenos Aires). Así fueron pasando los días de la cuenta regresiva. Karinna y Mauricio contactaron con algunos peruanos que escribían en el foro de DT Argentina (http://www.dreamtheaterarg.com.ar) y también iban al concierto, entre ellos Daniel Flores.


Viernes 25 de Noviembre, 2005. Nos juntamos en el ex Crypto con Daniel (quien luego acuñó el término "dreamfriends") y su enamorada Claudia con la idea de conocernos y poder reconocernos en Argentina. Daniel llevó las fotos de su hermano Koky, quien vive en USA y ha ido a una increíble cantidad de conciertos de Dream y otros grandes. Nuestros ojos llenos de envidia (de la sana, si existe) vieron fotos de Koky con cada miembro de Dream, fotos de sus Ibanez, fotos autografiadas de Petrucci para Daniel. Julio me había contado que en el concierto de Deep Purple estaba prohibido entrar con cámaras fotográficas pero que él se las ingenió para entrar con la suya. Nosotros no sabíamos cómo pero teníamos que tener fotos que enseñar a nuestros hijos.


Daniel se encargó de juntar los mails, direcciones y teléfonos de contacto en Argentina de todos los dreamfriends y quedamos en encontrarnos el sábado a las 12 m en el archiconocido obelisco.


Viernes 2 de Diciembre, 2005. Karinna y Mauricio viajaron a Buenos Aires. Ese día pedí permiso para tirarme la mitad de la clase de Técnicas de Servicio, fui a mi casa, me cambié y salimos al aeropuerto mi mamá, mi papá, Alvaro y yo, como ha sido la costumbre en mis últimos viajes. Las 4 horas de vuelo se fueron rápido, dormí un poco, leí un poco.

Otra despedida :'(

Parece haber una tendencia en las parejas a pasar tanto o más tiempo separadas que juntas. No me ha pasado a mí pero sí a mucha gente que conozco, que termina con su pareja por lo menos una vez al mes o, en casos más críticos, una vez a la semana). Nuestro caso es distinto. En los primeros 6 meses, Alvaro y yo sólo nos vimos la mitad del tiempo. La otra mitad la pasé viajando. Y cuando volvía a Lima, él se iba a Ica a volar (está terminando sus horas para ser piloto). Seguiríamos en la misma situación si no fuera por mis clases, que me inhabilitan para viajar por trabajo hasta Setiembre de este año (eso es lo que cree mi jefe, pero terminando el curso planeo entrar a practicar en las noches y seguir librándome de la explotación lejos de casa).

Así que los últimos meses los hemos pasado juntos (los fines de semana porque los días laborales salgo tarde de la escuela) pero pronto volveremos a la rutina del good-bye. Esta vez se va él por 3 meses, el tiempo más largo que hemos pasado separados. Parte a Buenos Aires, el escenario de la historia que empezaré a contar a continuación. Supongo que nos conviene acostumbrarnos desde ahora, porque cuando Alvaro trabaje en una aerolínea va a ser así todo el tiempo. En lo que a mí concierne, espero no volver a viajar por trabajo, al menos por este trabajo.

Tuesday, April 11, 2006

Sólo en Perú

A pesar de que la política es uno de los temas que prefiero evitar, tengo que decirlo, hoy más que nunca odio con todas mis fuerzas vivir en este país en el que siempre los peores tienen el apoyo del pueblo para llegar al poder. Puta madre, qué ignorancia. Los peruanos son bestias, siempre lo fueron y nunca dejarán de serlo. Si Lourdes no pasa a segunda vuelta sé que mis planes y los de muchísima gente se harán trizas, vamos a ver que nuestra plata se va por el desagüe y que retrocedemos 10, 20, 30 años. Gastón dijo "no se vayan", pero estoy segura de que cuando redactó su discurso no sospechó que la segunda vuelta podría estar entre Ollanta y Alan.

Wednesday, April 05, 2006

Negación de la luz (o "Mi closet es un agujero negro")

En algún momento de mi vida mi guararropa se tornó tricolor, con pocas excepciones. Lo que más me sorprende es cómo, antes de que eso sucediera, pude haber usado ropa de tantos colores. La respuesta parece simple: usaba lo que me compraba mi mamá. Pero no es tan simple, porque debo confesar que recuerdo haber escogido gran parte de esa ropa. Así, a pesar de que el azul siempre fue mi color favorito, recuerdo haber usado verdes, morados, mostazas, turquesas, amarillos, rojos, naranjas y - oh my god - hasta rosados y fucsias.

Hacia fines del colegio, aunque todavía quedaba ropa colorida en mi closet, sucumbí ante la fiebre de los polos blancos. También había alguno que otro plomo. Durante la universidad esta tendencia se mantuvo pero empecé a inclinarme por el color negro, otro de mis favoritos. Y así, poco a poco, empezó a depurarse la paleta cromática en mi guardarropa hasta quedar, casi por completo, convertida en un trío: negro, azul y plomo, con obvia (para los que me conocen) predominancia del negro y 2 o 3 escapaditas color verde militar. Y gracias a esto, o, mejor dicho, por culpa de esto, ahora cada vez que quiero ponerme un polo negro específico tengo que nadar entre algunas decenas de polos, que en muchos casos están colgados al revés, lo cual dificulta aún más la búsqueda.

Y de pronto llegaron a mi vida que son ahora lo más importante y que me obligan a usar, irónicamente, uniformes (uniformes! yo que he peleado tanto por defender mi libertad de los uniformes) blancos: la cocina y el taekwondo. Pero no hay problema, lo tomo como un cierto matiz que equilibra mi hipocromática existencia.