Mi primera Navidad en Sydney
Hoy es 24 de Diciembre, pero no parece. Estoy en Sydney, al otro lado del mundo que casi todo el resto de mi familia. Las diferencias en la oficina son notorias. No hubo fiesta con orquesta cortesía de la empresa, aunque sí hicimos intercambio de regalos (Kris Kringle, como le llaman acá) con piqueos y trago, además de harta comida rica y tragos ilimitados en un bar cercano a la oficina. De más está decir que no extrañé el baile para nada. Pero lamentablemente no hubo nada más. Ni grati, ni pavo, ni panetón. Días libres sí, pero no los voy a tomar porque quiero "ahorrarlos" para gastarlos después.
Otra diferencia de este año con todos los anteriores es la cantidad de regalos que tuve que comprar: 2. Poca cantidad + tiendas no tan llenas gracias a la resaca de la crisis financiera = happy shopping.
Ayer salí de la oficina y mientras caminaba a la estación con mi billetera en la mano (para no demorarme al sacar el ticket del tren) me di cuenta de que algo faltaba: la angustia de que te roben antes de Navidad. Inmediatamente pensé "sin grati no hay razón para que los choros se pongan moscas" pero no creo que sea solamente eso, sino que en general hay más seguridad acá. Por ejemplo, hoy el gimnasio al que voy no abrió porque aprovecharon las fiestas para cambiar la alfombra de un área. Fui al parque a entrenar y dejé mi tomatodo de la Cruz Roja encima de una banca. Una hora después, recogí la botella y me fui a la casa. En Lima habría desaparecido a los 5 minutos.
Antes mencioné que las empresas no suelen regalar panetón a sus empleados, pero no porque no haya panetones, sino porque no hay ese tipo de goyerías. Hay hartos panetones acá, de todas las marcas y tamaños. No he visto panetones con la marca del supermercado, pero fácil hay. Hay genuinos panetones italianos y la diferencia de precio no es tan ridícula como la que se encuentra en Lima. Ayer vi que vendían panetoncitos en Priceline, que es una cadena de farmacias. Pero me parece que acá son más tradicionales los kekes de Navidad (Christmas cake), que vienen de la herencia inglesa. Por lo que he visto, es como lo que conocemos como keke inglés pero más denso. Aunque no lo crean, ni Alvaro ni yo hemos probado panetón ni Christmas cake en Sydney. Y me estoy manteniendo firme en el propósito de no hacerlo.
Hoy la cena de Navidad será diferente. Mucho más ligera que las cenas tradicionales de mi familia (pavo al horno, ensalada rusa, arroz -con aceitunas y pasas en los últimos años-, puré de manzana, panetón y chocolate caliente). Gladys y yo vamos a cocinar pavo enrollado con un relleno de pecanas, arándanos secos y manzana. El acompañamiento serán 3 ensaladas. Y no habrá panetón ni chocolate caliente (impensable con 29 grados centígrados). El postre será un triffle crumble de mascarpone con fresas, cerezas y manzana, receta creada por Christophe de elgourmet.com.
Tengo dos razones para evitar el panetón a toda costa: la primera es que hace demasiado calor para tomar chocolate caliente y panetón sin chocolate no es panetón. La segunda es que honestamente no le encuentro mucha gracia al panetón, hay otras cosas mucho más ricas con las cuales sí da gusto tirar al tacho los esfuerzos por comer sano y entrenar duro.
Sin embargo, sé que en Julio, cuando me esté muriendo de frío y me acuerde de que todos los supermercados de Lima venden panetones con empaques que dicen "Feliz 28" (¿serán los panetones que sobraron de Navidad reembolsados?) me va a provocar comer panetón con chocolate caliente. Asi que creo que voy a comprar un panetón con fecha de vencimiento lo suficientemente holgada como para consumirlo alrededor del 28 de Julio.