¿Cómo vamos?
Las semanas pasan y me preocupa un poco llegar a mi meta: 16% de grasa para el 2 de marzo. De hecho ésta fue mi mayor preocupación hasta que, entre la turbulencia del entrenamiento y la rigurosidad de la dieta, se asomó un nuevo obstáculo. "Obstáculo" digo, viéndolo desde el ojo que ve el vaso medio vacío. En realidad fue una de las mejores cosas que me han sucedido en los últimos años. Resulta que yo, como muchas otras personas inconformes con su trabajo, dedico unas buenas horas a la semana a pensar e investigar en dónde más puedo ganarme los frejoles. Revisando la página de Great Place to Work un día, envié 3 o 4 currículums a las empresas que allí aparecían. Una de ellas era Ernst & Young. Por supuesto que pensé "no sé pa qué michi ponen un mail de reclutamiento si seguramente nunca revisan los cv".
Anyway, tiempo después de que sucedió esto, hace un par de semanas recibí una llamada de Ernst & Young para una entrevista. Era un día viernes, día casual en TSS (casual es un decir, parece playero) así que esperé pasar piola con mi ropa "de lunes a jueves". Así fue y nadie se dio cuenta de que había ido a una entrevista a pesar de que llegué a las 10 am con ropa de entrevista.
Más tarde el mismo día me llamaron para ver si podía dar los exámenes de inglés y psicológico el lunes siguiente. Yo no podía porque tenía el retiro de Milarepa, así que propuse el martes, aprovechando el permiso que había pedido a cambio de mis vacaciones. Dicho sea de paso que el viernes estuve un poco enferma, empeoré al tomar un par de chelas heladas en la despedida de Kike (que partió a USA) y empeoré aún más en el retiro, seguramente por el viento y el piso frío. Es decir, fui a los exámenes con 1 metro cúbico de moco y flema en el organismo, pero todo estuvo bien. Inglés de 9:50 a 11:00, psicológico de 11:25 a 15:00. Esperé martes, miércoles, jueves y parte del viernes por la llamada. La siguiente entrevista fue el viernes mismo, esta vez con la jefa de selección. Todo bien, excepto por la ropa (era viernes y estaba enferma, así que...). De todos modos avisé con anterioridad y me disculpé in situ por la informalidad.
Pasó un fin de semana más y recibí la siguiente llamada el martes por la tarde. Eso significaba sólo una cosa: tenía entrevista con la gerente de RRHH para negociar el sueldo. En menos palabras: me habían aceptado. Fui el martes mismo y todo salió bien. El miércoles presenté mi carta de renuncia en TSS y sentí cómo un peso se me salía de encima. En serio. No sólo era aburrimiento o frustración. Era preocupación de estar encasillada en un negocio y en un entorno de sw que a gente de otras empresas no les parecía útil. Era miedo de no tener otra que quedarme en el mismo puesto con el mismo sueldo por x años más.
Así que ahora la pregunta es: podré llegar a la meta sabiendo que se vienen varias comidas no planificadas? Creo que eso es lo de menos ahora. Voy a volver al 16% pero ya no importa tanto qué día de qué mes.
Anyway, tiempo después de que sucedió esto, hace un par de semanas recibí una llamada de Ernst & Young para una entrevista. Era un día viernes, día casual en TSS (casual es un decir, parece playero) así que esperé pasar piola con mi ropa "de lunes a jueves". Así fue y nadie se dio cuenta de que había ido a una entrevista a pesar de que llegué a las 10 am con ropa de entrevista.
Más tarde el mismo día me llamaron para ver si podía dar los exámenes de inglés y psicológico el lunes siguiente. Yo no podía porque tenía el retiro de Milarepa, así que propuse el martes, aprovechando el permiso que había pedido a cambio de mis vacaciones. Dicho sea de paso que el viernes estuve un poco enferma, empeoré al tomar un par de chelas heladas en la despedida de Kike (que partió a USA) y empeoré aún más en el retiro, seguramente por el viento y el piso frío. Es decir, fui a los exámenes con 1 metro cúbico de moco y flema en el organismo, pero todo estuvo bien. Inglés de 9:50 a 11:00, psicológico de 11:25 a 15:00. Esperé martes, miércoles, jueves y parte del viernes por la llamada. La siguiente entrevista fue el viernes mismo, esta vez con la jefa de selección. Todo bien, excepto por la ropa (era viernes y estaba enferma, así que...). De todos modos avisé con anterioridad y me disculpé in situ por la informalidad.
Pasó un fin de semana más y recibí la siguiente llamada el martes por la tarde. Eso significaba sólo una cosa: tenía entrevista con la gerente de RRHH para negociar el sueldo. En menos palabras: me habían aceptado. Fui el martes mismo y todo salió bien. El miércoles presenté mi carta de renuncia en TSS y sentí cómo un peso se me salía de encima. En serio. No sólo era aburrimiento o frustración. Era preocupación de estar encasillada en un negocio y en un entorno de sw que a gente de otras empresas no les parecía útil. Era miedo de no tener otra que quedarme en el mismo puesto con el mismo sueldo por x años más.
Así que ahora la pregunta es: podré llegar a la meta sabiendo que se vienen varias comidas no planificadas? Creo que eso es lo de menos ahora. Voy a volver al 16% pero ya no importa tanto qué día de qué mes.