Thursday, March 25, 2010

Quiero choclo!

Al contrario de lo que pasa con algunas frutas y vegetales que saben más o menos igual donde quiera que vayas (lo cual es una afirmación un tanto amplia, así que mejor diré: en Australia o Perú, tal como lo describe mi lista de comparación de comida), tales como zanahorias, naranjas y arvejas, me he dado cuenta de que el choclo causa un gran shock en las papilas gustativas de la mayoría de peruanos que vivimos en el extranjero.

De acuerdo con la Oficina de Turismo de Perú, actualmente se cultivan más de 55 variedades de maíz en nuestro país. Supongo que gran parte de ellas se cultiva/usa en la sierra, pero aún siendo limeña he estado constantemente expuesta al menos a 9 variedades:
- choclo
- maíz morado
- mote
- mote seco, usado para algunos tamales y humitas
- cancha
- maíz gigante del Cuzco
- jora
- canchita
- choclo bebé

En Sydney, si vas a un supermercado típico encontrarás a lo mucho dos tipos de choclo: el dulce amarillo y el bebé. Un día fui a Woolworths (una de las cadenas de supermercados más grandes) y vi choclo blanco, muy similar al que se vende en Lima. Luego vi el letrero que decía "sweet corn". Si al amarillo sólo le dicen "corn" no puedo imaginar qué tan dulce debe ser el otro.

Cocino un montón, casi todos los días, pero la razón por la cual generalmente no preparo platos peruanos es porque no puedo imitar el sabor con ingredientes locales. Me he atrevido a usar choclo australiano en algunos platos (tiradito, cebiche, solterito, arroz con pollo) y he notado cómo un ingrediente puede cambiar un plato por completo. Algunos meses atrás tuve una revelación: me di cuenta de que podía usar choclo bebé en lugar del otro. La mala noticia es que es carísimo, así que no lo uso cuando lo requiero en grandes cantidades.

Lo cual me lleva al almuerzo de ayer. Pensé que había tenido otra revelación cuando algunas semanas atrás (o meses, no recuerdo) decidí que la dulzura del maíz amarillo no sería un problema para preparar pastel de choclo, ya que en Perú le agregamos azúcar a la masa. Igual le agregué azúcar, pero la mitad de lo que decía la receta. Probé la masa de choclo y el relleno con pasas por separado, ajusté los niveles de sal y pimienta y pensé que lo había logrado. Luego lo horneé y después de cortarlo y poner las porciones en tapers probé un poco, como siempre. Estaba demasiado dulce. No sólo eso, sino que la textura no era la correcta. Eso se debe a que el choclo acá es puro dulce y agua. Me olvidé de sacar el pastel de choclo del taper con cuidado, lo cual explica la foto.

Pastel de choclo (corn pie)

Alvaro sugirió usar choclo bebé la próxima vez, lo cual resultaría en una versión super cara de nuestro humilde plato tradicional. No, gracias. Esperaré hasta llegar a Lima, después de todo sólo faltan 18 días para mi viaje.

Para el almuerzo de hoy usé el relleno que sobró en unos ajíes grandes que venden acá (una versión no picante de nuestro rocoto relleno, sin el queso Paria) y confirmé que el problema con el pastel de choclo fue el choclo. El relleno quedó muy bien en el ají.

Mirando "el lado amable" (como diría el Chavo), hace un par de días fui a Fiji Market, un lugar donde compro yuca congelada y plátanos verdes cada vez que los
necesito para cocinar comida peruana. Estaba buscando algunos ingredientes que necesitamos para una cena marroquí en corredores que no había visitado antes (usualmente agarro mi yuca o plátanos y salgo al toque antes de marearme con el aroma saturado de las especias), cuando derepente encontré la esquina latinoamericana, un espacio relativamente pequeño con cosas en su mayoría mexicanas (salsas picantes, cajeta, nopalitos, etc.), algunas cosas colombianas/venezolanas y... cancha! La compañía Quilla Foods la tuesta acá en Australia, y creo que el mote que usan proviene de Bolivia. No sabía tan bien como la cancha recién tostada que sirven en las cebicherías buenas, pero he visto que venden mote sin tostar en su tienda online, así que compraré pronto.

Cancha

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