Wednesday, January 27, 2010

Australia Day 2010

Ayer celebramos nuestro primer Australia Day. Lo gracioso es que en más de 30 años nunca celebré 28 de Julio. Debe ser porque en Lima, fuera del corso de Wong, no se siente un ambiente festivo como el aussie. Igual decidimos hacer algo tranqui nomás: almorzar en Hyde Park y después ir a la bahía a ver los aviones de la fuerza aérea. Nos encontramos con Gladys en el tren, ella se había puesto tatuajes temporales con la bandera de Australia. Después nos dio tatuajes para estar a tono con las celebraciones.



Llegamos a Hyde Park poco antes del mediodía. El parque es gigantesco y estaba repleto de gente. Había gente con tatuajes como los nuestros (la mayoría migrantes), pero sobre todo gente con banderas o polos con la bandera estampada. Caminamos desde el extremo sur del parque, donde había una exhibición de vehículos militares. En el centro del parque empezaba la fila de puestos de comida, desde thai hasta paella, pasando por los infaltables gozleme turcos (especie de crepes rellenos generalmente con queso y verduras o carne molida). Pero queríamos comer algo típico aussie: BBQ. Una empresa de carne auspiciaba el evento y tenía varios puestos, en uno vendían hamburguesas a la parrilla, pero preferimos ir al del BBQ "de verdad", pasando previamente por el bar para comprar unas chelas heladitas, necesarias para contrarrestar el calor que hacía.

Gladys y yo comimos costillas acompañadas de choclo y coleslaw (más conocida como "la ensalada de Kentucky"), Alvaro pidió el lomo acompañado de papas y cebolla caramelizada. Las costillas estaban buenísimas, la carne estaba tan suave que pudimos comer con los cubiertos descartables de madera que nos dieron, mientras escuchábamos tocar a los BBQ Kings. La porción de Alvaro, como se ve en la foto, no fue suficiente para él, así que apenas terminó fue a comprar una pizza.


Después de comer me tomé otra chela y Alvaro un ice chai (té especiado con helado). Fuimos a dar una vuelta para ver qué más había, pero no encontramos nada interesante. Decidimos ir al Opera House para ver los aviones. Fuimos caminando por Macquaire St, en donde había una larga exposición de carros antiguos, casi todos en perfectas condiciones. Algunos tenían sticker de registro de este año, lo cual indica que continúan en circulación. Lo más pintoresco fue una mini casa rodante con cama, utensilios de cocina, etc. A lo lejos se veía un helicóptero jalando una bandera australiana sobre la bahía.



Finalmente llegamos al Opera House totalmente sudados y deshidratados. Pero no nos quedaba otra opción que achicharrarnos bajo el sol, para poder ver bien los aviones. En un momento a Alvaro se le ocurrió la brillante idea de usar el paraguas que habíamos llevado para las lluvias que habían sido pronosticadas (y que nunca aparecieron). A eso de las 2 pm pasó volando un grupo de 3 aviones en formación, en dirección al norte de la ciudad. Pensamos que iban a sobrevolar la bahía, hacer piruetas o algo por el estilo, pero no volvieron. Un helicóptero (no sé si era el mismo de la bandera) pasaba cada cierto tiempo.

Esperamos a los paracaidistas que estaban programados para las 2:15. Aproximadamente a esa hora pasó un avión de sur a norte y dejó caer dos objetos, supusimos que eran los paracaidistas pero nos equivocamos. Tal vez estaban midiendo el viento para el verdadero salto. Al poco rato se escuchó un alboroto entre la gente, no entendíamos qué pasaba hasta que vimos un pata con dreads saliendo del agua. Había saltado para refrescarse. Al toque el bote de la policía se acercó y un policía le tomó los datos para ponerle una multa. Nada de colaboración para una pollada ni para el combustible del bote. Acá, según parece, la coima no existe. Unos minutos más tarde se acercó otro avión (o tal vez el mismo) esta vez desde el sur y, ahora sí, saltaron 4 paracaidistas, el primero con la bandera australiana. En la superficie del mar apareció una nube rosada y todas las embarcaciones pararon. Los paracaidistas cayeron en la bahía uno por uno, uno al lado del otro, recibidos por los aplausos del público. Inmediatamente 4 botes los sacaron del agua. Qué tal organización y eficiencia!


Nos quedamos un rato más, vimos pasar otro avión haciendo la "gracia" de girar 45 grados a la derecha, volver al centro y girar 45 grados a la izquierda. Pasó tan rápido que no le pude tomar foto. Después de eso nos fuimos hacia The Rocks, una zona al borde de la bahía caracterizada por sus restaurantes y bares caros, para ver qué había. Nos detuvimos en el camino para ver el show de una contorsionista callejera que hizo demostraciones de su flexibilidad con varios movimientos, que terminaron con el truco final de meterse en una caja transparente de 16 pulgadas de lado. El espectáculo fue bueno y se ganó una colaboración de parte nuestra.


Luego compramos sorbets y fuimos a The Rocks, donde
estuvimos un rato sentados en el pasto bajo la sombra de los árboles. Yo quería tomarme un trago (el calor hizo que las chelas se evaporaran de mi sangre instantáneamente) pero finalmente decidimos irnos para que Alvaro termine de preparar sus cosas para el examen de hoy. Ni bien llegamos a la casa me duché y me di cuenta de que hubiera sido mejor ir con otra ropa para lograr un bronceado más parejo. Me bronceé con los tatuajes de banderitas, como Don Ramón y las monedas en el capítulo del Chavo en Acapulco. Mientras preparaba la cena (y almuerzo de hoy) me tomé la última cerveza que quedaba en la refri, cabeceada con limonada para hacerla durar.


Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home