Friday, June 20, 2008

Down under (Sydney día 9)

El martes nos recibió con lluvia de nuevo. Luego de tomar desayuno volvimos a Darling Harbour y entramos al Maritime Museum. La verdad yo no estaba muy entusiasmada por ir pero Alvaro sí, y resultó interesante (incluso tenía computadoras con un jueguito de barcos mercantes).

Luego caminamos unas cuantas cuadras y entramos a la Sydney Tower, ubicada dentro de un shopping. Nuestra intención había sido ir en un día despejado o de noche para tener la mejor vista posible de la ciudad pero se nos agotaba el tiempo y no nos quedaba otro momento. Subimos hasta el mirador ubicado en la cima, a pesar de la neblina se logra ver muy bien gracias a los telescopios (así se llaman? o binoculares gigantes?) que están alrededor de toda la torre. El pase que habiámos comprado incluía también el Oz Trek, un video acerca de los destinos turísticos más importantes, pero no estaba funcionando ese día.

Al bajar de la torre fuimos al food court del shopping, compramos en distintos lugares: un pie de macadamia y pecanas (estaba más o menos), un sandwich "gourmet" (pavo ahumado, palta y salsa de arándanos... los ingredientes eran buenos pero no tenía sabor), una ensalada caesar fea y un berry smoothie (buenazo).

Ya almorzados y con el tiempo ajustado tomamos un bus hacia Alexandria, donde queda el trabajo de Gladys. Conocimos a la recepcionista y a su compañera de oficina, nos enseñó el showroom, lleno de camas con los cojines y edredones que producen.

Saliendo de ahí tomamos un bus (casi nos atropellan por cruzar corriendo una pista sin semáforo para alcanzarlo) hasta la estación y un tren hasta Kings Cross, uno de los points para la juerga, los night clubs y las trabajadoras de la calle. Ahí nos encontramos con Marcelo y Sergio, fuimos a The Bourbon Bar por recomendación de una amiga de Gladys. El sitio estaba bueno, sobre todo porque tenían happy hour. Ahí, como en muchos bares, pubs y restaurantes, pides en la barra pagando por adelantado; las bebidas te las entregan en el momento, para la comida te entregan una especie de control remoto que llevas a tu mesa para que te anuncie mediante luces y vibraciones que tu pedido está listo. Probé tres marcas de chela más (Tooheys Old era una, las otras no recuerdo), pedimos para picar wedges (trozos de papa "dorada") con salsa dulce de chile, sour cream y ketchup.


Luego llegaron Marlene y su novio Jaime, quien también cocina y va a estudiar con miras a poner un negocio.


Marcelo tenía que levantarse temprano para el trabajo, así que se fue temprano con Sergio. Nosotros nos quedamos un poco más, pedimos pizzas y nachos para acompañar las chelas y la conversación, que estuvo bastante entretenida. Finalmente nos fuimos los 5 a la estación y calabaza.

Labels:

0 Comments:

Post a Comment

<< Home