Down under (Sydney día 4)
Alvaro amaneció mejor el jueves... en realidad mejor del estómago, pero con gripe y dolor de garganta. Lo bueno es que eso no le impedía salir para continuar con el itinerario. Luego de tomar desayuno tomamos el tren y bajamos en Circular Quay, uno de los puntos turísticos más famosos de Sydney. Caminando por el muelle, con una impresionante vista del Harbour Bridge y las embarcaciones, se llega al Opera House. A diferencia de los días previos no había salido sol, el cielo estaba cubierto de nubes negras, pero igual tomamos las fotos de rigor.
Paseamos un rato por la zona y luego nos dirigimos al otro extremo del muelle, donde está The Rocks, una zona con negocios fichos y construcciones bacanes, mayormente en ladrillo, algo así como Puerto Madero. Pasamos por Rockpool (fish), el famosísimo restaurante de Neil Perry, pero luego de ver la carta decidimos comer ahí en otra ocasión, cuando ganemos como australianos.
Caminamos un poco más, llegamos a la base del Harbour Bridge y cambiamos el rumbo hacia el centro de la ciudad, compramos más dólares australianos y buscamos, bajo la lluvia, un sitio donde comer algo no tan pesado, pensando en la convalescencia de Alvaro. Entramos a un pub, el Edinburgh Castle Hotel (a estas alturas mi hermana ya nos había despejado la duda acerca de la palabra hotel en el título de tantos establecimientos, se trata nada más y nada menos que de pubs). Ambos comimos algo simple y barato: bangers & mash (salchichas de res y puré de papas), un clásico de Inglaterra super popular en Australia.
Una vez satisfechos nos dirigimos una vez más a Darling Harbour, esta vez para visitar el Aquarium. Compramos un pase triple con acceso para el Wildlife World y la Sydney Tower, a los que dejamos pendientes para otro día. El Aquarium es mostro, pequeño comparado con Sea World y similares, pero muy variado e interesante por la gran cantidad de información que se puede encontrar sobre las especies que alberga. Lo mejor fue la caminata bajo los tiburones y rayas, alucinante. Después de casi dos horas terminamos el recorrido y tomamos el tren de regreso a Newtown.
Días antes, pasando por un bar, Alvaro había notado un clásico afiche de nuestro linaje. Resulta que justo en esa semana estaba en Sydney Wojtek Tracevsky, un dharma teacher polaco, dando una serie de conferencias. Comimos algo rápido en el hostel (pan con queso y chocolate relleno de kiwi) y salimos hacia el local de la conferencia, la biblioteca de Newtown, que queda a pocas cuadras del hostel. Ahí conocimos algunas personas de la sangha. La sala que habían reservado estaba cerrada y nadie tenía la llave, así que se decidió aplicar el plan B: hacer la conferencia en el centro. Caminamos unas cuantas cuadras y ya estábamos ahí, en el centro en el que esperamos pasar mucho tiempo en un futuro cercano.
La casa es bien bonita, aunque no muy grande. Viven ahí 4 personas (esperamos que haya sitio para más!) y la cocina es típica de todo centro karma kagyu: está bien abastecida de vino y cerveza. La conferencia de Wojtek ("Buddhism for busy urbanites") estuvo buenísima, super amena, con hartas historias. Terminada la conferencia conversamos un poco con la gente, con unos vinitos y galletas, hasta la medianoche. Al despedirnos Thomas nos preguntó si teníamos planes para el día siguiente y nos propuso juntarnos con ellos para ir a Manly. Me dijo que lo llame entre 9 y 10 am para coordinar. Caminamos las pocas cuadras que nos separaban del hostel y dormimos plácidamente.
Labels: Viajes
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