Buenos Aires y Montevideo (día 4 de 5)
El lunes amanecimos cansados y medio indigestados. Aún así desayunamos leche (yo con café) y facturas. Salimos temprano a la estación de Buquebus en Puerto Madero para intentar cambiar nuestro pasaje de vuelta de las 08:15 a las 02:15. La idea era viajar de madrugada para evitar pagar alojamiento en Montevideo y aprovechar nuestro último día en Buenos Aires. Afortunadamente se pudo hacer el cambio y como pasamos del buque rápido al buque lento, para no devolvernos dinero nos pusieron en primera clase por sólo 5 pesos más por cada uno. Nos dimos cuenta, además, de que nuestro pasaje había sido sacado por equivocación para el día siguiente, así que el cambio fue oportuno.
Después de hacer el trámite empezaron a llegar los pasajeros para el check-in. Nos encontramos con Juana, luego llegaron los demás poco a poco. El buque salió casi puntual y realmente iba rápido. A bordo había venta de comida y bebidas, nosotros comimos sólo ensalada de fruta envasada con un almíbar ligero y un dulce de batata (camote).
Llegamos al puerto de Colonia, un pueblito chiquito como los de las películas. La estación es misia, pero al menos había una cafetería en la que, además de perder mis lentes de sol, comimos mixtos en pan integral y licuado de banana con leche.
Luego llegó la hora de abordar el bus. Tuvimos uno casi exclusivamente para nosotros. De más está decir que Alfonso se encargó de hacer un poco de escándalo mientras veíamos el paisaje campestre, en mi caso escuchando Dream Theater. Una vez en la estación de Montevideo, que es moderna y tiene restaurantes y tiendas de recuerdos, compramos pesos uruguayos y comimos en la cervecería La Mostaza (que dicho sea de paso, no tiene frascos de mostaza en cada mesa ni utiliza mostaza en cada uno de sus platos como se podría haber pensado). Alvaro y yo compartimos una ensalada La Mostaza (verduras, jamón, queso, huevos, aceitunas... y nada de mostaza) y un flan (en realidad era como una leche asada hecha en molde) con dulce de leche. Terminamos de comer y tomamos un taxi hacia el sitio de la conferencia, la Hostería del Lago. Los demás alquilaron un auto y una camioneta para movilizarse durante los siguientes días.
Llegamos tarde a la conferencia y nos sentamos en los 2 últimos lugares libres. Los demás llegaron más tarde y se acomodaron donde pudieron. El tema de la conferencia no lo sabemos, pero Ole habló de todo lo que siempre menciona en las conferencias públicas. Yo me enganché con las cosas que dijo sobre la física, que fueron un micro resumen de lo que he estado leyendo en The Quantum And The Lotus. Después de las preguntas y antes del break para la meditación (ya eran las 23:30, hora uruguaya), Alvaro y yo nos acercamos para que nos bendiga. Ole nos vio y nos dijo "You two again?" pero igual nos bendijo diciendo "It's glad to have you here". Nos despedimos de él y nos quedamos hasta las 00:30, hora en que tuvimos que dejar la meditación del Decimosexto Karmapa a medias porque el taxi había llegado para recogernos.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home