Los amigos musicales
Hace unos días recibí una llamada de mi amigo Mario, nada más y nada menos que desde Japón. Me llamó para preguntar cómo seguía mi pie. En medio de la frustración de andar 4 semanas en muletas, engordando y aplazando mis exámenes sustitutorios del tercer ciclo, esta llamada trajo consigo, aparte de recuerdos de los viejos tiempos, esa sensación de que hay alguien que se acuerda y se preocupa por mí.
Conocí a Mario en algún momento del 97, como siempre buscando gente para una de mis bandas. En ese momento Brathzo, el chino Dennis y yo buscábamos bajista y vocalista para Los Inocentes. (Nota mental: seguir escribiendo historias de mi vida musical porque ya me está costando trabajo recordar nombres, fechas y situaciones). Llegaron dos patas al casting, Mario tocaba guitarra pero podía acomodarse al bajo y se quedó en la banda, en la cual circularon varios vocalistas que no duraban más de un concierto. Creo que fue la época más inestable de esa banda, en el sentido de que no podíamos mantener una formación fija por mucho tiempo, pero en primer lugar fue divertido y en segundo lugar hicimos buenos amigos.
Momentos memorables de esa época hay varios, uno de los que más recuerdo es la tocada en Punta Negra. La academia Master Music, donde estudié guitarra y, tiempo después, batería, organizó un concierto en una casa de playa. Fue el 14 de marzo del 98 (recuerdo la fecha porque cumplía 1 año más con mi ex), fuimos a tocar las bandas de gente de la academia y fueron a vernos algunos amigos y familiares. Estábamos con un vocalista de esos que no duraron más de un concierto. El tipo cantaba bien, tenía voz clara y muy buenos agudos, pero lamentablemente no encajaba para nada con el estilo de la banda. Fue vestido como Ricky Martin, insistía en tocar "Hace calor" y hacía chistes que hacían dudar de su sexualidad. Obviamente fue un error, pero éramos una banda típica que quería tocar en donde fuera con quien fuera. Nuestros (tres o cuatro) patas poguearon, el vocalista se olvidó la letra y lo tuve que cubrir, nos aplaudieron. Se podría decir que nos fue bien. Pero lo mejor vino después. Un amigo de Brathzo tenía casa en Punta Negra, así que nos quedamos a pasar la noche. Mucho trago, muchas risas, mucho jamón en las caras y las paredes (Brathzo y Jesús descubrieron que se pega en la cara del pata al que se lo lanzas), otras clases de lanzamientos para los que fueron a la playa, una resaca de la patada y desayuno con tamalitos... la pasamos bien.
Después de un tiempo la banda se fue al carajo, era de esperarse después de tanta inestabilidad y aunque en ese momento me preocupaba ahora que lo veo desde afuera (afuera de la música, en esta extraña etapa de stand-by, afuera de esa banda que se acabó hace tanto tiempo) me doy cuenta de que no me importa en lo más mínimo que esa banda o cualquier otra haya dejado de existir. Lo que importa es la gente a la que conocimos. Mi hermana Gloria también se hizo pata de Mario, del chino, de Brathzo, porque ella fue manager en una época e iba a todos los ensayos. Así que algunos de mis amigos músicos de esa época ahora son prácticamente amigos de la familia. Y llaman desde lejos para saludarnos. :)
1 Comments:
Gracias por tu comentario, vi tu blog, en un rato te comento...
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