Wednesday, July 25, 2007

Review: La Bistecca

Vi el local de Puerto Madero la primera vez que estuve por ahí y me hice una buena idea del lugar. Leí y escuché comentarios sobre la sucursal en Lima, así que estaba prevenida de lo bueno y lo malo. De lo que no estaba prevenida era del precio, ya que según la información que llegó a mis ojos el buffet costaba 39.50 de lunes a viernes y 49.50 los fines de semana. Resulta que también cuesta 49.50 en la cena, sea el día que sea.

El hecho es que La Bistecca fue el lugar sugerido por mí para celebrar los 37 años de casados de mis padres. De entrada todo muy bien: la ambientación, decoración, valet parking y atención son de lo mejor que tiene el restaurante. Llegamos un poco antes de las 8 y tras unos minutos de espera nos llevaron a nuestra mesa. El mozo nos explicó la mecánica del asunto a detalle y nos tomó la orden de bebidas.

Poco después nos llevaron una canasta con panes y bordes de pizza con ajo y hierbas, el vil truco de todo restaurante para llenar al comensal antes de que empiece a atacar el buffet. Al centro de la mesa el mozo colocó una salserita con una especie de mayonesa verde cuya composición no pude analizar porque el sabor del ajo y las hierbas era muy fuerte.

Un punto a favor es la variedad, sobre todo cuando se cuenta con una familia de gustos disímiles. Mientras unos comieron verduras, otros entradas criollas. Yo, sólo quesos y fiambres. También había tartas saladas pero planificando lo que venía decidí pasar. Sabía que los maki sushis no eran recomendables pero aún así me arriesgué. En el plato te sirven 5, uno de cada tipo (con nori afuera, con nori adentro, frito, etc.) y salsa que elijas. Escogí la de anguila. El arroz estaba mal aderezado y apelmazado, como si hubieran preparado los rolls el día anterior. La salsa de anguila, demasiado dulce y espesa. Sinceramente prefiero el sushi que preparamos Karina y yo en las reuniones de los dreamfriends.

Probé el lomo saltado que pidió Gloria. Estaba muy bueno, pero los trozos de carne, para mi gusto, estaban muy gruesos y los cortes no eran parejos. Mi papá pidió parrilla, le gustó pero la carne no estaba al término en que la pidió. Ale, para variar, pidió lasagna y supongo que estuvo riquísima porque evitó que el mozo se lleve el plato cuando quedaba aún un pedazo minúsculo de pasta. Mi mamá pidió makis, creo que los encontró "normales". En un momento un mozo se acercó a ofrecernos un ramequin pequeño con papas gratinadas, cortesía de la casa, que estaban ricas.

Mi siguiente plato fue pasta negra rellena de pulpa de cangrejo con salsa de cuatro quesos. Estuvo buenísima. Mi papá comió lomo saltado con un arroz que asumo que tenía aceitunas por el color. Mi mamá pidió parrilla con casi todas las harinas que pudo: papas, camotes y yucas. Ella encontró la carne del pollo poco cocida (defecto peligroso por razones de bromatología). Ale pidió fettuccini a lo alfredo y Gloria con pomarola, a Ale le gustó pero a Gloria no y dejó su plato casi entero. Yo hice un esfuerzo adicional para probar algo que me había llamado la atención: pizza de langostinos. Estuvo buenísima también, con la masa hiper delgada y crocante, típica de toda pizza a la piedra.

Estando todos satisfechos llegó la hora de los postres. Nadie optó por la fuente de chocolate con frutas y pastitas para remojar. Más bien pedimos: tatin de peras (papá), panqueque acaramelado con dulce de leche (Ale), copa de helados (mamá) y pasión de chocolate (Gloria y yo). Cabe mencionar que todos los postres venían con una bola de helado de vainilla, cosa que no le hizo gracia a mi mamá porque en su copa las 4 bolas eran minúsculas y no había más complemento que un cilindro de barquimiel. A Gloria no le gustó su postre, lo cual era de esperarse porque no era tres leches ni crema volteada ni suspiro. A mí me gustó pero no me sorprendió mucho. A mi papá sí le gustó el suyo y a Ale no tanto, porque el caramelo estaba un poco quemado.

Fallas notorias para mí: la ortografía (tateen en lugar de tatin, Rockefort en lugar de Roquefort, hierva en lugar de hierba son las que noté a simple vista), los makis (deberían eliminarlos o conseguir un mejor itamae), la cocción de las carnes y la descripción de los postres en la carta (sólo se mencionaba un postre con helado y todos venían con su bola).

Todo esto resumido en una oración: si tengo que elegir entre Punto Blanco y La Bistecca, me voy al primero.

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1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola Amiga que nostalgia de verte, me encantaria saber de ti, soy Marita y estoy en USA pensando mucho en ti y muchos amigos que deje en Peru, que lindos recuerdos de ti, tu guitarra, y Angel Escarlata... lo maximo
Por fa e-mail me cabreracasa@yahoo.com
Besos.

27 July 2007 at 10:36:00 GMT-5  

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