Peregrinación a Jerusalén
No, no ESE Jerusalén, sino un cerro con cruces cercano al pueblo de Chicla, cercano a San Mateo. Llegamos a Jerusalén por error, un error casual de nuestro guía de rutas Julio, quien olvidó llevar el mapa de la ruta a la laguna Nevería.
Una vez más nos encontramos en la panadería Marcela del Ovalo Santa Anita (la de los productos horneados con más colorante amarillo prohibido en el resto del planeta) aproximadamente a las 6 pm. Eramos 9 personas las que partimos rumbo a Chosica. Allá nos encontramos con un miembro más y tomamos la coaster con destino a San Mateo, en donde decidimos probar un hospedaje que conocíamos sólo por referencia: el Hospedaje Patrón (del que son caseritos los Aire Puro) que nos costó 5 soles más que el albergue pero estuvo mil veces mejor. Nos repartimos en los 4 cuartos que tuvimos asignados (con 8 camas, así que Alvaro y yo dormimos en una, al igual que una parejita de chicos cuyos nombres no revelaré para evitar malos entendidos).
Luego de acomodar nuestras pertenecias salimos al Rancho (el de San Mateo, no el de la Av. Benavides), el único restaurante de la zona que atiende hasta tarde y cenamos. Nos acostamos a las 12 y pico y la mayoría durmió bastante bien.
Julio nos despertó a las 5 am, hora de alistarse y hacer cola para ir al baño. Luego esperamos a los colectivos que el dueño del hospedaje había contactado para que nos lleven a Chicla. Salimos como a las 6 am y llegamos aproximadamente media hora después.
Empezamos a subir como a las 7, el paisaje era increíble, gracias a las lluvias el verdor y las flores estaban en su máxima expresión. Atrás dejábamos a los nevados y los cerros con cultivos y adelante nos esperaba un camino duro, en parte por el desnivel pero sobre todo por la altura (partimos de los 3800 msnm).
El estado físico que me ayudó a llegar a Choquequirao aún no regresa a mí. La mala respiración y la altura me detenían cada vez más seguido. Llegamos a una pequeña laguna en donde desemboca una cascada formada - asumo - por el agua de la Laguna Nevería. De ahi seguimos el camino por una subida que nos llevó al cerro de las cruces. Más allá no había camino. Por primera vez llegamos a la meta equivocada y aunque ahora es una anécdota más de la ruta en el momento no causó mucha gracia. Se habló de regresar varios kilómetros hasta un punto donde la ruta se bifurcaba y seguir el otro camino, se habló de regresar hasta Chicla.
Emprendimos el retorno. Julio atravesó el terreno corriendo como poblador de la zona y llegó a un camino que le pareció el correcto. Algunos lo siguieron pero Alvaro, Pepe, César y yo decidimos regresar hasta Chicla. Eran las 10:30 am así que podríamos llegar a Lima temprano y descansar para un día más de trabajo. Nos detuvimos en la lagunita para tomar desayuno y luego seguimos nuestro camino hasta la carretera, en donde tomamos un bus interprovincial que nos llevó hasta Santa Anita.
Ayer me enteré que el otro grupo tampoco llegó a la laguna Nevería porque Claudia se puso mal por efectos de la altura. Así que queda pendiente una visita más, ahora que sabemos por dónde no ir.
Labels: Trekking
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