Thursday, October 21, 2010

Mi segundo cumpleaños en Sydney (parte 3 de 3, cena y tragos en Darley Street Bistro)

En la noche fue la celebración "oficial". Me costó un poco de trabajo elegir el lugar, ya que todos mis amigos no viven en la misma área y mi santo cayó martes, así que me preocupaba que pudieran llegar fácilmente. Escogí un pub-bistro que recibe muy buenos comentarios por ser BBB (bueno, bonito y barato) y queda cerca de mi casa. Se llama Darley Street Bistro.

Gladys, Alvaro y yo llegamos a las 6 pm en punto. Gracias al horario de verano, el sol todavía brillaba y hacía calor. Empezamos a chelear mientras esperamos a que lleguen mi amigos.

El lugar queda en el segundo piso de un típico pub australiano (que no es estilo rústico como los pubs barranquinos sino más bien estilo pueblerino y con máquinas tragamonedas). El bistro es completamente distinto, el comedor es bonito y está bien decorado. También tiene una terraza al aire libre pero decidimos quedarnos adentro por si bajaba la temperatura de noche.

Restaurant decoration



Cuando casi todos habían llegado empezamos a bajar por turnos para pedir la comida. En muchos pubs y bares australianos, uno pide la comida en la cocina o barra, paga y recibe un aparato vibrador (parecido a un control remoto, malpensados). Cuando el pedido está listo, uno se acerca a la cocina para recogerlo. En otros pubs uno recibe un parante de metal con un número y lo coloca sobre la mesa, cuando el pedido está listo el personal del lugar ubica el número y lo lleva a la mesa.

En Darley Street Bistro no hay menú impreso, sino que está escrito en unas pizarras que están junto a la cocina.

Snacks menu


Mains menu


Mains menu


Pepperjack blackboard menu


Snacks and desserts menu



Sólo tres personas repitieron su pedido, así que tuve una buena selección de platos para fotografiar.

Los primeros en recibir sus platos fueron Marcelo y Sergio. Marcelo pidió burrito de pollo y Sergio "corned beef" (carne de res curada en sal). Marcelo, quien estudió cocina aquí, se impresionó con la presentación de los platos. A ambos les gustó el sabor.

Burrito de pollo a la parrilla marinado en especias estilo Cajún, cocido lentamente en jugo de limón y chipotle, servido con arroz y queso en una tortilla crujiente. Acompañado de guacamole y crema agria ($16)

Grilled chicken burrito



Carne de res curada en sal braseada en miel, mostaza americana y pimienta entera, servida con puré de papa y queso parmesano con una salsa de mostaza de Dijon, espinaca bebé blanqueada y espárragos a la parrilla ($18)

Corned beef braised in honey



Gladys pidió un plato al que yo también le había echado el ojo, quesadilla de barracuda con especias Cajún. Probé un poco con guacamole y crema agria y me gustó bastante. La porción (al igual que con la mayoría de los otros platos) era gigante.

Quesadilla de barramundi con especias Cajún con queso, cebolla española, culantro fresco y salsa dulce de ají servida con guacamole ($19)

Cajun spiced barramundi quesadilla



Ana pidió canilla de cordero infusionada en curry massaman y braseada, a pesar de las quejas de su esposo, quien odia los currys. El plato era super aromático, así que pobre de él. La porción era gigante, Ana dijo que el plato estuvo rico pero muy picante. Rale pidió el churrasco de cuadril de cordero bebé con puré de papas cremoso sólo porque la descripción del plato tenía bastantes ingredientes. Yo también había pensado en pedirlo y se veía tan bien que creo que es lo que pediré la próxima vez que vaya a ese restaurante.

Canilla de cordero infusionada en curry massaman y braseada, servida con papa, arroz al vapor, yogurt y salsa ($19)

Massaman infused braised lamb shank



Churrasco de cuadril de cordero bebé cubierto de sal de romero en puré de papas cremoso con queso parmesano y ajo, espinaca, queso haloumi a la parrilla y jugo ($25)

Baby lamb rump on creamy mash



Vicky no tenía hambre como para pedir un fondo así que pidió una entrada ("potato wedges", cuñas de papa similares a nuestras papas doradas). Creo que no esperaba el tamaño de la porción (tomé esta foto cuando algunas papas ya habían desaparecido).

Potato wedges



Bonnie pidió pollo ("corn fed", alimentado con maíz) de piel crocante con puré de kumara (tubérculo similar al camote). Se veía rico y bien servido, creo que le gustó pero dejó casi todo el puré (parece que en realidad era camote y no kumara) porque estaba muy seco. Probé un poco del puré, estaba bien de sabor pero efectivamente seco.

Pollo alimentado con maíz de piel crocante, pechuga completa de pollo orgánico servida sobre un puré de kumara infusionado con ajo y romero con espinaca blanqueada y jugo al tomillo ($22)

Crispy skin corn fed chicken



Nuestro amigo vegetariano Neil escogió el risotto de queso de cabra, lima, menta y tomate asado. También pidió wedges de papa como entrada. Y no se llenó (en su defensa, compartió las papas).

Queso de cabra, lima y menta sobre risotto de tomate asado con berenjena y espárragos a la parrilla ($17)

Goats cheese, lemon, mint on roast tomato rissotto



Alvaro escogió el filete de canguro sobre risotto de betarraga y ají. La carne, servida a término medio, estaba rica. El risotto tenía la cocción correcta y la combinación de sabores era bastante agradable. Creo que a mí me gustó más que a él.

Filete de canguro Flinder's cubierto en pimienta recién molida, sellado y asado al horno, servido sobre risotto de betarraga y ají con jugo saborizado con chocolate ($18)

Kangaroo on beetroot & chilli risotto



Yo escogí los canelones vegetarianos, de los cuales había leído buenos comentarios. No eran canelones comunes y corrientes, sino más bien una especie de enrollados. De cualquier forma el sabor estaba bien, pero el relleno estaba un poco seco, y debido a que no era pasta tradicional, ésta también estaba seca. Con tantas otras opciones creo que no pediré este plato de nuevo. La porción era gigante; terminé totalmente llena.

Canelones vegetarianos de la casa con zapallo y espinaca servidos sobre ensalada de queso azul y arúgula cubierta de aceite a la lima y mantequilla de almendra y salvia ($17)

Darley St vegetarian pumpkin & spinach canelloni



Andrey fue el último en comer, así que no le tomé foto a su churrasco de cuadril. Sin embargo, juzgando por la velocidad en la que lo terminó, yo diría que estuvo bien rico.

Luego llegó la hora de la torta. Yo había preparado un cheesecake siciliano de ricotta (con avellanas, chocolate amargo y cáscaras cítricas confitadas, cubierto con canela y azúcar en polvo) pero no estaba segura si iba a soportar las velas así que también preparé una mini torta de yogurt y fresas.

Mini yogurt  & strawberry cake



Sicilian ricotta cheesecake and mini yogurt  & strawberry cake



Después de la torta, la mayoría de nuestros amigos se fue. Terminamos nuestras cervezas y bajamos al pub para algunas más y una competencia de taco entre tres de los chicos. Lo pasé mostro.

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Mi segundo cumpleaños en Sydney (parte 2 de 3, almuerzo en Sushi e)

Este año aproveché el festival internacional de comida que se lleva a cabo cada Octubre en Sydney (mucho mejor que el señor de los milagros, ¿no?) para almorzar con Alvaro en un buen restaurante que ofreciera el menú "Let's Do Lunch" por la "módica" suma de $35 por cabeza. Fuimos a un sushi bar llamado Sushi e, el cual tenía las siguientes tres opciones en el menú de oferta: "dynamite roll with blackened miso ocean perch", "kingfish sashimi with angus beef" y "goma ae and vegetable tempura" ("goma ae" es una ensalada de espinaca japonesa con pasta de ajonjolí). Las tres opciones incluían sopa de miso, postre, y un vaso de vino (Chardonnay o Shiraz) o una botella de cerveza o agua mineral.

Yo escogí la opción # 1 con un vaso de Chardonnay y Alvaro escogió la opción # 2 con agua mineral. La sopa no demoró en llegar. Era diferente a los miso shiru tradicionales, el tofu estaba frito y tenía hojas de mitsuba (según el menú). Me pareció un poco sosa, así que le agregué un poco de salsa de soya.

Miso soup



Luego llegaron las entradas. La mía eran cuatro porciones del "dynamite roll" (atún marinado en 7 pimientas, ají y aceite de ajonjolí, cebolla dulce y pepinillo enrollado de adentro hacia afuera con tobiko -huevas de pescado- especiado). Estuvo excelente.

Dynamite roll



El plato de Alvaro tenía seis porciones de sashimi de kingfish (no sé cuál es el equivalente en español) cubiertos de kión en tajadas, ciboulette y ajonjolí, con un chorro de aceite de ajo inmerso en salsa de soya cítrica (ponzu) y sellados con aceite de oliva caliente. El aceite no estaba caliente como lo describía el menú, pero no importó. Si el sushi roll estuvo excelente, el sashimi estuvo alucinante.

Kingfish sashimi



Esperamos un poco más por los platos principales, supongo que porque en este punto el pequeño sushi bar ya estaba casi lleno. Los fondos estuvieron muy buenos pero nos gustaron más las entradas. Mi plato tenía tres pedazos de ocean perch (tampoco sé el equivalente en español) marinados en miso y caramelizados. Había puntos de salsa en el plato pero no había verduras, las cuales me parecieron necesarias para contrarrestar la sal y grasa del pescado. Fue todo un reto comer el pedazo que vino con huesos con ohashis (palitos).

Blackened miso ocean perch



La carne en el plato de Alvaro estaba perfectamente sellada y sazonada. Las tajadas tenían el tamaño y grosor perfectos para comerlas en un bocado y la carne estaba muy suave. Vino acompañada de una salsa de soya y ajonjolí y espinaca japonesa.

Angus tenderloin



El postre llamado "crema rusa" estuvo perfecto en tamaño y sabor. La pannacotta de vainilla servida en un shot largo y cubierta con coulis de frambuesa fue suficiente para culminar el almuerzo.

Russian cream

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Wednesday, October 20, 2010

Mi segundo cumpleaños en Sydney (parte 1 de 3)

No soy una persona sociable, en el sentido "clásico" de la palabra, es decir, en persona (virtualmente, la historia es otra). No suelo conversar con gente que recién conozco (y a veces se me hace difícil conversar hasta con mi familia) y detesto hablar por teléfono. Sin embargo, desde que tengo uso de razón siempre he celebrado mi cumpleaños. Y no con una comida familiar, sino a lo grande. Cuando estaba en primaria mis papás organizaban las típicas fiestas infantiles para mí con chizitos, chicha morada, gelatina, mazamorra, galletas, caramelos, piononitos, payaso, piñata, etc. Invitaba a toda mi promo (no éramos tantos como en otros colegios, entre 50 y 60) y lo pasaba de lo mejor. Mis papás se llevaban la peor parte con el gasto y los restos de comida y bebida en los muebles color crema.

Año tras año las fiestas continuaban, adaptando la comida, bebida y "extras" de acuerdo con la edad: los manteles y servilletas de papel con algún personaje infantil impreso, el payaso, la piñata y los dulces fueron reemplazados por sanguchitos, empanaditas, enrolladitos de hot dog. Una vez en secundaria la chicha cedió paso a la sangría y el cuba libre y cada vez había menos iluminación en la casa. Durante la época universitaria las reuniones se convirtieron en juergas con una buena cantidad de alcohol involucrada. Tiempos aquellos. Cuando pasé a formar parte de la PEA (población económicamente activa, o masa trabajadora) la casa de mis padres dejó de ser el "point" por algunos años en los que las juergas se trasladaron a chupódromos como el Tayta y el "chifa" de Barranco.

Una de las últimas veces que celebré mi santo donde mis papás fue en el 2004, con gente "normal" (universidad, colegio) y mis amigos musicales (de mi banda y otras bandas). Estaban literalmente divididos en dos bandos (yo diría que el "oscuro" ganó porque el otro bando sólo logro poner una que otra salsa durante toda la noche). Esa noche tuve mi peor borrachera hasta el momento (con borrada de cassette incluida) y al día siguiente me di cuenta de por qué: habíamos arrasado con todo el alcohol que había en la casa.

Los cumpleaños del 2005 y 2006 fueron celebrados también en casa de mis papás, pero sin ocasionar desastres. En el 2007 y 2008 ya estaba viviendo en el centro budista, así que mis reuniones fueron ahí, mucho más adultas y civilizadas que años anteriores. Preparé comida (buena y variada) y torta y tomamos cerveza y vino (algunos tomaron vodka y alguien se excedió con los shots. Lamentablemente ese alguien dormía en mi cama y me tuvo limpiando vómito toda la madrugada. Felizmente, parece que ya aprendió su lección).

El año pasado celebré mi cumpleaños acá. Me habría encantado hacer cena o una reunión en mi departamento pero difícilmente podría invitar a más de 2 personas, ya que el espacio es reducido y tengo una mesa alta (tipo bar) donde sólo cabemos 4. Para la gente que vive en Sydney y tiene el mismo problema (que somos la mayoría), la solución es celebrar con una cena en un restaurante. Aparentemente los australianos no acostumbran pagarle la comida al cumpleañero pero cuando me reúno con amigos latinos sí lo hacemos. El año pasado fuimos a un restaurante griego buenísimo que queda en un suburbio cercano a mi casa. El restaurante es BYO ("bring your own", que significa que puedes llevar tu propio vino y pagar derecho de corcho), así que tomamos los vinos que llevamos y comimos buenazo.

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